Tertulia futbolística: Lillo, ¿héroe o villano?

Publicado el 01 octubre 2012 por Futbolgol

Alberto:

Juanma Lillo, en sus diversas facetas, que van desde el banquillo hasta la cabina de comentaristas, tiene tantos seguidores como detractores, dejando a poca gente indiferente.A su favor se comenta que es uno de los últimos románticos, que sus equipos saben a lo que juegan y que sus jugadores siempre tienen buenos recuerdos de él porque es un técnico muy didáctico. Guardiola habla maravillas y lo cita como una de sus referencias.En contra, parece que las buenas palabras que tiene no ha sido capaz de llevarlas nunca a cabo (muy lejano queda ya aquella UDS que ascendió de 2ªB a 1ª) y se le trata más cómo un charlatán que como un entrenador eficaz.Manu: Lillo vive todavía-o lo intenta- de ese ascenso con el Salamanca. De buena se libró el Barça, pues en las elecciones que ganó Laporta, si llega a ganar LLuis Bassat, Lillo hubiera sido el entrenador. En el fútbol no sólo cuenta que los equipos jueguen bien, sino ganar. Los equipos de Lillo jugarán todo lo bien que queráis, pero le han echado de todos los sitios: Oviedo, Tenerife, Almería… Y si se le echa por algo será-por los resultados- Lillo sabrá jugar, pero parece que no sabe ganar. Y un entrenador que no sabe ganar, simplemnte, no vale.Shark: Yo soy de la opinión de Imanol; pienso que aún sigue viviendo del recuerdo y que tiene una débil carta de presentación así como muy endeble a nivel defensivo. Lo veo más como un profesor de escuela de entrenadores, que como entrenador propiamente dicho; es alguien a quien imitar en ciertos aspectos de su idea de fútbol, pero no ser 100% él. Además, esa forma de mezclar romanticismo y fútbol de una manera burda, me parece muy pedante de cara a la galería; así tenemos personajes como Fonsi Loaiza o Marcos López, que son sus herederos en cuanto a pedantería y tontería junta.; lo dicho, como profesor de la escuela de entenadores, perfecto; como entrenador, deja mucho que desear.Alberto: Dejo unos datos para ilustrar la trayectoria del vasco: -Club deportivo Mirandés: Título de tercera división y ascenso a 2ªB. Destituido por problemas con la directiva. -UD Salamanca: Ascenso de 2ªB a 1ª, en su primera temporada en la máxima categoría es cesado a pesar de contar con el apoyo de plantilla y afición. -Real Oviedo: Cesado antes de acabar su primera temporada. -CD. Tenerife: Salva al equipo en sus primeros 3 meses, es destituido la siguiente temporada sin llegar a navidad. -Real Zaragoza: Pierde en la previa de la UEFA ante el Wisla Cracovia, es destituido tras 4 partidos de liga. -Ciudad de Murcia: Cesado a mitad de su primera temporada por desavenencias con la presidencia. -Terrasa: Cesado en mitad de su primera temporada. -Dorados de Sinaola: No consigue salvar al equipo pese a mejorar sus resultados anteriores. -Real Sociedad: Temporada y media en la que no consigue el ascenso a primera. -Almería: Sustituye a Hugo Sánchez y logra salvar cómodamente al equipo. En la siguiente temporada dura hasta noviembre, cuando es destituido tras perder 0-8 contra el Barça. No ha vuelto a entrenar más. Guillem Prera: Lillo es un estudioso del fútbol, un romántico de este deporte, uno de esos que cuando los escuchas de comentarista en algún medio de comunicación te suele enganchar con sus explicaciones. Quizás en algunas ocasiones pueda resultar incluso algo excesivo, puesto que acciones que uno piensa que son fruto de la fortuna que puede sonreir a un jugador o equipo durante los 90 minutos, él lo explica como si fuera una jugada de lo más trabajada. Por ello queda claro, bajo mi parecer, que pocos hombres de fútbol entienden más este deporte que el señor Lillo. No obstante, el fútbol se ha profesionalizado muchísimo en las últimas décadas y los jugadores ya tienen unas nociones importantes de fútbol que les hacen necesitar un motivador, un psicólogo, más que un entrenador en sí mismo. En éste sentido debo referirme a Marcelo Bielsa, que engloba los conocimientos de Lillo con una capacidad para activar a los jugadores que le rodean que quizás Lillo no ha sabido transmitir. A mi Juanma Lillo me parece un grande, uno de los que ha ayudado a hacer del fútbol algo tan exquisito como lo es en la actualidad. No obstante, si yo fuera presidente de un club no estaría entre mi lista de candidatos para ser entrenador. Pero siempre, y vuelvo a repetir, siempre, tendría un hueco para él en mis categorías inferiores. Me cuesta mucho encontrar a una persona con más capacidad para formar a mis jóvenes valores.