Artesonado del techo de la Sala del Tesoro
Tiene una portada muy singular pues en un principio iba a ser la capilla funeraria delcardenal Tavera, por lo que se pueden ver en ella esculturas y alusiones tanto a la muerte como a la persona del cardenal.nota 12 La portada fue diseñada por Alonso de Covarrubias. Consta de un arco de medio punto, cerrado, en el que se abre la puerta adintelada limitada por dos columnas muy adornadas. En el tímpano Covarrubias labró un busto de San Juan Bautista, dentro de un medallón o tondonota 13 sujeto por ángeles tenantes; este santo era el patrón del cardenal Tavera.
Sobre el arco hay una hornacina donde se encuentra el grupo escultórico de Quo Vadis sobre fondo de venera o concha, en alusión a la muerte (capilla funeraria), obra del escultor Olarte. El grupo está limitado por columnas abalaustradas de rica ornamentación. A ambos lados de la hornacina se ven los escudos del cardenal Tavera (que se vuelven a repetir en tamaño más pequeño en el espacio que hay entre la curva del arco de la entrada y el grupo de Quo Vadis, sostenidos por dos ángeles tenantes) y debajo de ellos, los escudos del canónigo López de Ayala que fue un gran mecenas de la catedral. El techo de la capilla está cubierto por un magnífico artesonado de yesería.
En el interior se muestran múltiples vitrinas que guardan el tesoro de la catedral que consiste en objetos litúrgicos, relicarios, báculos, ropas, libros, etc. Hay dos buenas tallas, una de Juan Martínez Montañés y otra de Pedro de Mena.
En una de las vitrinas se guardan dos tesoros de valor histórico: una cruz pectoral, regalo del papa Juan XXIII y un cáliz, regalo del mariscal Petain (jefe de Estado de Francia de 1940 a 1944). Otro de los tesoros más preciados es la Biblia que San Luis rey de Francia regaló a esta catedral en el siglo XIII. Son tres tomos escritos en latín y decorados exquisitamente con miniaturas elaboradas sobre más de 5.000 panes de oro. Se trata de una biblia moralizada, es decir, que relaciona las escenas bíblicas con las costumbres del momento histórico en que se realizó este trabajo.
Una obra curiosa y de un cierto valor es la cruz pintada sobre madera del pintor italiano fray Angelico Fiesole. Tiene la originalidad de estar pintada por ambos lados: en el de delante se ve a Cristo aun vivo y en el de detrás, Cristo muerto. Fue un regalo que hizo en 1936 el entonces Jefe del Gobierno Italiano Benito Mussolini.
La pieza más valiosa e importante es la monumental custodia de Enrique de Arfe, obra de 1517-1524.
La custodia de Enrique de Arfe
Custodia
La custodia tardó siete años en elaborarse y su coste superó los quince millones de maravedíes, de los que Arce recibió, además de los 2.700 reales estipulados, un aguinaldo de 2.500 maravedíes que el cabildo catedralicio le entregó en la Navidad de 1523 impresionado por su trabajo.
Tiene planta hexagonal. Se va elevando en columnillas que están primorosamente ejecutadas, con adornos en pedrería y variadas figuritas de ángeles, santos, florones, campanitas y espigas. El conjunto se cierra en el último cuerpo donde está colocada una cruz del siglo XVI. La peana sobre la que se sustenta es barroca del siglo XVIII.
En todo el conjunto puede verse la parte más antigua que corresponde al núcleo central donde está la custodia. Esta custodia (en oro puro) fue hecha en Barcelona por el orfebre Jaume Aimerich (Jaime Alberique), a finales del siglo XV con el primer oro que Cristóbal Colón trajo de América. Fue un encargo de Isabel la Católica para su uso privado devocional.
Cuando murió la reina sus albaceas hicieron cumplir varias mandas testamentarias para lo cual tuvieron que vender parte de sus pertenencias entre las que se encontraba esta custodia. La compraron los canónigos de la catedral de Toledo hacia 1505 y años más tarde fue cuando a instancias del cardenal Cisneros decidieron ampliarla con la gran obra de Enrique de Arfe.
En Toledo se tiene por costumbre desde el año 1595 sacar esta custodia en la procesión del Corpus Christi, sobre una carroza fabricada para este fin con una nivelación muy ajustada que se acciona mecánicamente. En la procesión van por delante de la custodia las autoridades políticas y eclesiásticas y detrás los cadetes de la Academia de Infantería.
Datos curiosos: La custodia está armada con la ayuda de 12.500 tornillos que la sujetan, 5.600 piezas diversas y 260 figurillas. Se emplearon 183 kg de plata más 18 de oro. Entre las inscripciones grabadas en la misma, se puede leer:
«Don Francisco Jiménez [Cardenal Cisneros], Cardenal Arzobispo de Toledo, Gobernador de España y conquistador de África, mandó hacer esta custodia del Santísimo Cuerpo de Cristo, la cual se concluyó en sede vacante, siendo Obrero Diego López de Ayala. Año del Señor 1524.»
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