Testigo de cargo

Publicado el 12 agosto 2015 por Charlyhell
Título original       Witness for the Prosecution
Año       1957Duración       114 min.País        Estados UnidosDirector       Billy WilderGuión        Billy Wilder, Harry Kurnitz (Teatro: Agatha Christie)Música        Matty MalneckFotografía        Russell Harlan (B&W)Reparto        Tyrone Power, Marlene Dietrich, Charles Laughton, Elsa Lanchester, John Williams, Una O'Connor, Henry Daniel, Norma Varden, Torin Thatcher, Philip Sonidoge, Ian Wolfe, Francis ComptonProductora       United Artists

La Dietrich tenía una mirada felina que no sabías si en cualquier momento se iba a quedar frita

Tyrone con la viuda de marras y su sombrerete.

Un orondo abogado de delicada salud recibe el encargo de defender al señor Vole, un hombre acusado del asesinato de una acaudalada viuda. Cuando entra en juego la esposa de Vole, empezamos a ver más perspectivas del caso, mientras el abogado trata de luchar para defender a su cliente...
Ya puedo tachar otra película de Wilder de mi lista de pendientes.
Y me alegro mucho de haberla visto, porque me ha resultado una cinta magnífica. Si no es la mejor película sobre juicios que un servidor ha visto (con permiso de Doce hombres sin piedad), muy poco le debe faltar. Además está basada en una obra teatral del puño de la mismísima Agatha Christie.

Charles aprendió a ponerse una moneda de 2 euros en el ojo

Lo que parece el simple relato de un asesinato, se va descubriendo poco a poco, conociendo pequeños detalles del caso y de los implicados que van dando forma a un caso que se empieza a complicar.
Los actores están magníficos, Tyrone Power clava su papel de hombre desesperado que se ve acusado y no entiende nada; Marlene Dietrich, soberbia como femme fatale y esposa misteriosa del acusao. Pero si me tengo que quedar con alguien, sin duda es con Charles Laughton cuyo papel como abogado defensor es digno de ser estudiado y analizado en las las escuelas de interpretación, al igual que los duelos interpretativos en el acto del juicio.

La última vez que me vienes con ese sombrero, Ramona

Wilder consigue que el espectador esté realmente intrigado y siga la trama con interés mientras se van desvelando detalles que irán dando giros conforme avanza haciendo el trayecto más ameno si cabe con pequeñas muestras de humor marca de la casa.
Una película redonda en todos los aspectos que todo aquel que guste del cine clásico y/o del cine de juicios, no debería perderse.