Mi búsqueda comenzó cuando el día que una amiga Católica, sin muchos conocimientos bíblicos, me entregó un video con el testimonio de un pastor que se había vuelto católico, llamado Fernando Casanova.
Al comienzo me sorprendí, luego me reí mentalmente al pensar que se trataba algún pastor ignorante y sin mayores conocimientos bíblicos, el cual creería que la imagen de la Virgen María, o de Jesús, se le había aparecido en el fondo de la taza de chocolate, en la humedad de una pared, o al fritar un buñuelo. Decidí entonces, recibirle cortésmente el video, sin ninguna intensión de verlo.
Al parecer, todo el tiempo que había dedicado a burlarme de la fe Católica de mi amiga, no había sido en vano… Ahora ella era quien me hacía la cacería. Mi buena amiga Enid Mayor, durante tres meses, se dedicó a llamarme todos los días para averiguar si yo había visto el video. Ante tanta insistencia, no tuve otro remedio que sentarme a verlo. Sinceramente, jamás me imaginé lo que me aguardaba de ahí en adelante.
Ni mi pastor de la congregación ni yo, pudimos desmentir los argumentos bíblicos expuestos por el hombre del video, lo cual me llevó, muy a mi pesar, a abandonar la iglesia en la cual me sentía más cómodo, para ir a conocer otras denominaciones protestantes y compararlas con lo que enseña la biblia.
Gigantesca fue mi sorpresa, cuando me di cuenta que, al final de mi búsqueda, me encontraba ante las puertas de la Iglesia Católica, la misma que había aprendido a odiar y a llamar "La Gran Ramera". Pero mi sorpresa fue aún mayor cuando descubrí que dentro de esta Iglesia de la biblia se albergaban otros tesoros increíbles, aparte de la biblia misma, que eran para mí parcial o totalmente desconocidos.
Fue en la biblia donde yo descubrí el Magisterio de la Iglesia, la Tradición apostólica, el bautismo, etc. Pero el santo grial de mis descubrimientos era aquél tesoro que venía acompañado a su vez de un regalo hermoso para aquél que descubriera su valor. Ese tesoro bíblico, que sobrepasaba todas mis expectativas, era ni más ni menos, que la presencia real y viva de Jesucristo en la Eucaristía y el regalo que acompaña este tesoro, es su Madre María.
Este increíble descubrimiento terminó por llevárme a la puertas del Seminario de Profesionales Santiago Apóstol, en dónde he comenzado mis estudios dirigidos hacia el sacerdocio.
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Rodrigo Andrés Calvo es el autor del libro: «Aprende sobre tu fe católica con Catalina y sus vecinos» que puedes adquirir en el siguiente enlace: https://www.createspace.com/6414973