Testimonios: El pececillo de plata

Por Codiceeremita @codiceeremita

Puede que algunos de vosotros me recordéis, otros no. No soy tan fácil de ver. Pero en general, cuando lográis verme, me clasificáis automáticamente como “bicho” y me mandáis sin ningún remordimiento al otro mundo.

Un poco de consideración, leñe. Que mi familia estaba ahí cuando vosotros, los humanos, no érais ni un amago de proyecto…

Vale. Para que veáis con quién os estáis midiendo, voy a hacer un posado:

Nuestro amigo descubierto tomando un aperitivo

Que sepáis que los tisanuros llevamos en este mundo miles de años, porque pedimos poco a la vida. Nos conformamos con detritus, pero bueno: si cae en nuestro espacio un delicioso libro pleno de celulosa, adherezado con rico adhesivo y de postre textil o cuero, no vamos a decir que no (no como vosotros: que si esto no, que si esto está muy salado, bah).

Si os resulto familiar será por haberme descubierto -a mí o a algún primo mío- saliendo despavorido de un rincón de vuestro baño o de vuestra cocina. El susto de infarto me sobreviene porque de repente hay luz y ruido y, qué queréis, a mí me va más el silencio y la oscuridad y si es una zona húmeda mejor que mejor. En fin… sé lo que viene después y lo cierto es que no hace falta mucho empeño para mandarme al Edén Lepismátido, a veces me quedo en el sitio con sólo tocarme con la escoba. En serio.

Segundo posado de nuestro presumido amigo

Pero si por lo que sea no os doy asquete -no creáis que vosotros me resultáis especialmente atrayentes- fijaros en lo GUAPO que soy. No tengo alas porque no las necesito -soy más rápido que Usain Bolt-; en cambio estoy adornado con dos divinas antenas en mi cabeza y otros tres apéndices en donde vosotros tenéis la rabadilla. Y lo mejor: estoy cubierto de escamas plateadas, por eso brillo. Al natural, que no necesito trajes de Dior para ese menester. Qué, ¿tenéis valor ahora de decir que sois más atractivos que yo?

Y bueno, si estoy aquí es porque en general es muy fácil vivir con vosotros. Hasta los que sois más fanáticos de la lejía siempre tenéis un rincón donde no llega la aspiradora. Pero oooh el paraíso sin duda para mí son los archivos: esos sitios por lo general olvidados por vosotros, relegados a lo más alto de la más alta torre… pilas y pilas de papel cubiertas de polvo y restos de insectos. Un sueño hecho realidad.

http://arts.brighton.ac.uk

Si descubro un papel que me gusta -aunque no soy demasiado selectivo- me dedico a morderlo delicadamente, por la superficie; no dejo ni un sólo resto-soy muy educado comiendo-, aunque reconozco que cuando me pongo a ello me emociono y puedo dejar una hoja sin nada de información, porque claro: como un poco de aquí, otro poco de allá, y al fin y al cabo vuestras tintas y dibujos sólo ocupan la superficie del papel. De eso yo no tengo culpa de nada, que conste.

Una última aclaración: este testimonio mío en el blog es porque, al fin al cabo, mi existencia implica que personas como la que lo transcribe tengan trabajo*, así que esta chica me tiene algo de respeto. Ella sabe que yo no aparezco en sitios limpios y cuidados así que si me he instalado en vuestro hábitat la conclusión es más que obvia.

Con lo cual, por favor: ahora que ya sabéis quién soy, si no me queréis ahí limpiad más a fondo pero al menos no me miréis como qué pinto yo en vuestras casas. Os puedo asegurar que cuando vosotros no estéis aquí yo seguiré miles de años más.

*Nota: el Lepisma -como habéis podido comprobar- es muy vanidoso y sólo regalándole los oídos pude conseguir su testimonio.

Bibliografía:

VV.AA. “La biología en la restauración”. IAPH Ed nerea, 2000

http://es.wikipedia.org/wiki/Lepisma_saccharina