Tetsuo, The Iron Man: Delirante horror cyberpunk.

Publicado el 29 diciembre 2010 por Fantomas
“Tetsuo: The Iron Man” (1989), es un film de terror y ciencia ficción del director Shinya Tsukamoto, el cual está protagonizado por Tomorowo Taguchi, Kei Fujiwara, y el mismo Tsukamoto.
Un extraño hombre conocido como “el fetichista del metal” (Shinya Tsukamoto), que tiene la insana costumbre de incrustarse objetos metálicos en su cuerpo, es atropellado por un automóvil a toda velocidad. A partir de ese momento, el conductor de dicho automóvil (Tomorowo Taguchi), empezará a sufrir extraños cambios en su cuerpo, el cual pronto se verá invadido por una serie de singulares protuberancias metálicas.

En la década de los ochenta, cuando la industria cinematográfica japonesa se encontraba en su punto más flojo, comenzaron a surgir una serie de jóvenes directores que habían dedicado gran parte de sus energías al rodaje de cortometrajes y al trabajo en el teatro experimental. Entre esta camada de nuevos directores se encontraba Shinya Tsukamoto, quien para su tercer trabajo tras las cámaras, decidió adaptar una obra teatral que él había desarrollado durante su época como estudiante. Dicha obra titulada “Tetsuo”, se centraba en las desventuras de un oficinista, que tras atropellar a un hombre conocido como "el fetichista del metal”, intenta deshacerse de su cadáver en el bosque. Impulsado por la excitación propia de la situación, el protagonista da rienda suelta a sus deseos más oscuros y comienza a tener sexo con su novia mientras el cadáver los observa desde el suelo. Desde aquel momento, como si de una maldición se tratase, al personaje interpretado por Taguchi no le queda más remedio que ver como su cuerpo empieza a transformarse en un montón de metal, convirtiendo su vida en un verdadero calvario del que parece no haber escapatoria.
Si ya la premisa es bastante extraña, el desarrollo de la historia lo es aún más. Tsukamoto salta de un lugar a otro de manera frenética, sin detenerse en ningún momento para explicarle lo que está sucediendo al espectador. Luego de descubrir un pedazo de metal en su rostro, el protagonista será atacado por una mujer que experimenta una mutación en su brazo cuyo origen es desconocido (aunque todo parece indicar que "el fetichista del metal” se ha albergado en su cuerpo como un organismo parásito). Tras este pesadillezco episodio, la tasa de mutación del personaje interpretado por Taguchi comienza a aumentar de manera dramática, al mismo tiempo que este experimenta una serie de episodios de alto contenido sexual con su novia (Kei Fujiwara). Ya en lo que se podría denominar como el tercer acto del relato, un irreconocible protagonista se ve enfrentado en una batalla sin cuartel con "el fetichista del metal”, cerrando con esto una historia completamente delirante, que no desea otra cosa más que reflejar la dependencia casi “castradora” del hombre con un entorno cada vez más tecnificado.
Bajo la apariencia de una cinta de horror cyberpunk, se esconde una fuerte crítica por parte de Tsukamoto a una sociedad abducida por la globalidad tecnológica. Por un lado, “el fetichista del metal” puede ser visto como el fiel representante de una sociedad que arrastra a miles de jóvenes a encerrarse en una virtualidad más satisfactoria que el mundo real. El internet y la tecnología en general, entregan diversas herramientas con las que el ser humano puede convertirse, mutar durante un periodo determinado de tiempo en alguien más, reflejando una imagen idealizada de sí mismo a todos aquellos que también están sumidos en el mundo tecnológico. Al mismo tiempo, el director propone que es inevitable que la conducta sexual y el instinto primitivo del hombre se vean potenciados por la exposición a la ya mencionada globalidad tecnológica. Es por este motivo que no resulta extraño encontrarnos con una serie de dantescas escenas de alto contenido erótico, donde el protagonista no sólo intenta tener relaciones sexuales con su novia utilizando el enorme falo-taladro que ha crecido en su cuerpo, sino que este también imagina a la mujer siendo portadora de un falo endoscópico con el cual es literalmente ultrajado.
Al igual que David Cronenberg en alguno de sus films, Tsukamoto señala al sexo como el catalizador del deterioro o las mutaciones que sufre el cuerpo de su protagonista. Si bien durante gran parte de la cinta vemos que es la mujer quien “provoca” que se aceleren los cambios en el cuerpo del protagonista, será "el fetichista del metal” quien provoque la mutación más importante en el cuerpo del personaje interpretado por Tomorowo, otorgándole un cierto tono homosexual al relato. Recién cuando estos dos hombres se han convertido en uno, fusionando por completo la carne con el metal, logran vislumbrar su verdadero objetivo; destruir un mundo que a sus ojos es completamente decadente. Más allá de los aspectos argumentales, “Tetsuo” se destaca por su impactante estilo visual, el cual amenaza con jugar con la mente del espectador. Según el mismo Tsukamoto, el film está rodado en blanco y negro para resaltar el metal que cubre el cuerpo del protagonista. Debido a que se trata de una producción de bajísimo presupuesto, el director tuvo que suplir la falta de recursos reciclando viejos televisores, de los cuales extrajo ciertos componentes electrónicos los que finalmente adaptaba al cuerpo de los actores mediante una pasta de arcilla.
De todas formas, la falta de presupuesto no evitó que el director tomara algunas decisiones artísticas bastante riesgosas, como el hecho de utilizar la técnica del stop-motion para retratar la transformación del protagonista, lo que terminó condicionando el plan de rodaje alargándolo casi dos años. Es importante mencionar que Tsukamoto no sólo se hizo cargo de los efectos especiales, sino que también se encargó de la fotografía y la edición de la cinta. De manera inteligente, el director utiliza una serie de recursos tanto de edición como de fotografía, para dotar a la película de una atmósfera pesadillezca y surrealista, donde el espectador se ve forzado a utilizar su imaginación cuando le son presentadas una serie de peculiares imágenes en rápida sucesión, dejándole muy poco tiempo para procesarlas por completo. Todo esto va acompañado por la efectiva banda sonora industrial compuesta por Chu Ishikawa. El tema de las actuaciones resulta ser bastante difícil de analizar, debido al caos reinante en la historia. De todas formas, el elenco en general realiza un buen trabajo aún cuando tienden a sobreactuar, ya que hay que considerar que los personajes responden al mundo enfermo en el que se desenvuelven.
“Tetsuo” es un film que presenta influencias tanto del cine del ya mencionado Cronenberg, como también del trabajo de directores como Sogo Ishii y David Lynch, entre otros. A ratos la historia puede ser un poco difícil de comprender, pero mediante un par de flashbacks el espectador logra entender de mejor manera que es lo que está sucediendo. Y es que más allá de la historia, lo realmente importante de esta cinta es su impresionante aspecto visual y el mensaje que subyace bajo este. Casi exenta de diálogo y con una buena cantidad de escenas eróticas y gore, “Tetsuo” se presenta como una verdadera experiencia cinematográfica que difícilmente podrá dejar indiferente al espectador. Lo increíble es que a más de veinte años de su estreno, la cinta sigue impactando y mostrándose como un producto sumamente original. Aunque obviamente es difícil recomendar esta película a todo tipo de público, de todas formas los invito a descubrir una obra que juega con los sentidos del espectador, al mismo tiempo que lo lleva a participar en una retorcida realidad cyberpunk.



por Fantomas.