Texto 16: Mario Fernández Alonso reflexiona sobre la crítica de cine

Publicado el 12 diciembre 2012 por Loquecoppolaquiera @coppolablogcine

El texto que se transcribe más abajo es de Mario Fernández Alonso. Mario es el director del cortometraje La Manada que comentamos en este blog el pasado 4 de diciembre de 2.012. El texto es una contestación que recibimos en el correo electrónico de este blog el pasado 11 de diciembre de 2.012. Como le he dicho a Mario, y como ya hicimos con el director de cine Gerardo Olivares y su cinta "Entrelobos", publico éste texto a modo de disculpa por el tono empleado en aquella crítica. También para dar un espacio de defensa a quién quiere esgrimir sus argumentos. Además el texto maneja unas ideas nada despreciables para los que se aventuran en el mundo de la crítica de cine. El texto constituye una interesante crítica de la crítica que no tiene desperdicio. Su tenor textual es el que sigue:

Hola Antonio, como pareces una persona interesada en profundizar te contaré que lo que pasa en esos 10 minutos que a ti te sobran del cortometraje es precisamente lo que a mi me interesa del corto: las relaciones de poder, de rivalidad y de seducción que se dan entre los chavales. Para entender esas relaciones no necesitas saber qué buscan. Lo que van a hacer, que sea consistente, depende de esas formas de dinámica grupal. En todo caso ¿por qué iba a querer alguien llegar a los 15 minutos? Eso parece más un razonamiento para un largometraje, por cuestiones comerciales y de distribución. En un corto eso no existe en absoluto o si acaso existe al revés ya que los festivales lo que piden es no pasarse de unos minutos, 15 minutos en Cannes, por ejemplo.  
Por otro lado una crítica para la crítica: ¿por qué los críticos empleáis ese tono de estar por encima de la película? Eso es como si el director utilizara un tono de estar por encima de sus personajes. Lo más honesto y profundo es ponerse al mismo nivel que éstos. Y ahí se establece un diálogo. El tono de superioridad puede generar cierta satisfacción al que escribe y cierta admiración en algunos lectores, así como lo hace la parodia, pero la complejidad se produce cuando la relación se establece sin deseo previo de establecer jerarquias, con humildad. El crítico humilde, así como el cineasta humilde, son los que alcanzan la profundidad. La crítica, bien entendida, es un ejercicio tan creativo como cualquiera de las artes. El desdén distanciado puede generar una relación de poder favorable, pero no ese acto creativo que parte de la comprensión y que ilumina lo que toca.  
También me parece, efectivamente, que hay partes de tu crítica que son comprensivas, y por eso te escribo. ¿Significa eso que un crítico no tiene que subrayar los puntos débiles de lo criticado? Claro que no. Esto es precisamente lo más interesante de una crítica. Pero en ese caso debe introducirse en ellos y reflexionar sobre ellos como lo hace uno con un trauma: con detalle, estableciendo un diálogo. Para que veas la relatividad de tu crítica mayor, estirar el tiempo sin sustentar eso con nada interesante, te contaré que varias veces me han dicho lo contrario: que la primera parte del corto es demasiado rápida y fragmentada. Otra cosa que debe saber transmitir un crítico: que su arte, como cualquiera, es eminentemente subjetivo. Y cuando se parte de esa base el planteamiento se modifica y uno asume, por ejemplo, que a algunos les gusta el tempo de Tarkovski y a otros les asquea. Pero nadie, es su sano juicio, dice que el tempo de Tarkovski es erróneo, sino que no conecta con él.
Y eso sí que me parece muy hermoso: decir, por ejemplo, a mi este cineasta me aburre. Aseveración complicada de todas formas ya que hay veces que uno, en ese momento del día o de su vida, no está para ese tempo, y luego sin embargo conecta con él en otro momento. A mi, por ejemplo, la primera vez que vi Andrei Rublev me pareció excesivamente lenta. Cuantas más veces la veo más rápida me parece, más intensa. La relatividad de todos estos parámetros, la complejidad de los procesos de recepción, deben estar también en el bagaje del cineasta y del crítico. Entonces, ambos, serán profundos y generosos, hasta con las cosas que desprecian. 
Bueno Antonio, espero que te tomes esta carta como un ejercicio de diálogo. No lo hago nunca pero esta vez, como me ha disgustado tu crítica, he sentido que estaba bien darle atención y cercanía a ese disgusto. Asumir el dolor, al contrario de lo que hacen los adolescentes de la manada, es lo que genera formas superiores del sentido. 
Saludos,Mario. 

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS