Ya sabe el elector que Perdidaco siente debilidad por Joseba Arregi, quizá la voz más inteligente que junto a Innerarity ha dado el nacionalismo vasco. Arregi abandonó todo aquello y es una voz pausada y crítica. El otro día en El Mundo nos explicó en un párrafo luminoso de qué va esto de la aconfesionalidad del Estado:
Dicha a-confesionalidad no es una cuestión de quitar o poner
cruces, de celebrar o dejar de celebrar las Navidades colocando belenes en las
escuelas públicas. Es algo más serio, es la afirmación de que en el espacio
público de la política no existen, no pueden existir, ni verdades últimas, ni
legitimidades últimas. Es decir, el espacio público de la democracia es el
espacio de las verdades penúltimas, de las legitimidades penúltimas"
Magnífico