The Alchemix, el laboratorio del sabor.

Por Baco Y Boca @BacoyBoca

The Alchemix es un laboratorio de una química muy especial, uno de aquellos lugares donde mágicamente parecen conseguir nuevos sabores surgidos de la mezcla de lo conocido y de alguna pócima extraña que solo saben ellos. Pero no es así, es más sencillo.

Si bien es cierto que la mezcla existe, no es por arte de magia, sino por los conocimientos de los dos jóvenes socios que han puesto en marcha este proyecto. Pese a su juventud, Sergi Palacín e Ignacio Ussía se han lanzado de cabeza para abrir un nuevo local donde degustar buenos cócteles y buenos platos.

Puede ser que muchos vean The Alchemix como algo temerario teniendo en cuenta la corta edad de sus dos propietarios, pero ser joven no es sinónimo de inexperiencia y ellos son un buen ejemplo de ello. Sólo diciendo que se conocieron trabajando en Gaggan, Bangkok, uno de los mejores restaurantes del mundo (concretamente el 5º en la lista de The Fifty Best) ya sirve de ejemplo de la intensa carrera de Ignacio y Sergi.

Su paso por cocinas asiáticas les ha influido tanto en la parte líquida como en la sólida, quedando patente en sus propuestas de mixología y en las que salen de su cocina.

Ignacio Ussía es el barman, el encargado de la barra que te encuentras nada más entrar en el local. Sus 28 años se notan en su cara, pero no en sus formas ni en su aplomo, seguramente adquirido en Gaggan y en diversas masterclass que ha realizado.

A Sergi Palacín, también de la misma quinta, se le nota la misma solidez que a su compañero. Trabajó en Gaggan durante los mejores años del restaurante, cuando consiguió llegar a ser el número 1 de Asia en la lista de The 50 Best y ya en Barcelona, en Mont Bar, cogiendo fuerzas y experiencia para iniciar The Alchemix, su propio proyecto.

En su parte de bar, en la entrada, vemos las pócimas, licores y cócteles que nos proponen así como una pequeña declaración de intenciones, si es que podemos llamarla así, en la que nos describe mediante una tabla periódica en la que expone las fórmula que utiliza para sus cócteles. Su carta de coctelería, la han presentado como si fuera el libro Antiguo del Alquimista, en el que podemos ver el árbol de la vida en la primera página. Ellos lo han transformado en el árbol gastronómico, dividido en 6 partes, las raíces y cinco ramas que representan cada uno de los gustos que siguen ramificándose en las sensaciones que el comensal detectará en cada copa. En esta carta encontraremos cócteles clásicos reversionados típicos de Thailandia, Japón, Índia y México, cócteles que aluden a la historia del ser humano (romanos y vikingos) o de fantasía, surgidos de Sherlock Holmes o de la película "La bella y la bestia". También vemos vinos, sakes e incluso un cava propio que hacen en Sant Sadurní d'Anoia.

Ahora hay que verlos como un equipo en el que el uno complementa al otro y el otro al uno, sin tener ninguno más peso que su compañero. Un equipo que nos propone alguna que otra excentricidad bastante seductora para todos aquellos a los que les guste probar y dejarse sorprender, dando libertad para ser elegidos tanto para tomar un cóctel o una copa de vino en su zona de bar y echarse algo al estómago con sus "alegra bocas" para los que prefieren comer algo de forma más informal; como por los que prefieren una buena mesa en el comedor y degustar todo su menú degustación de forma más apaciguada. En The Alchemix hay momento y lugar para todo.

Si la opción escogida es la segunda, su menú degustación demuestra como Sergi Palacín mezcla sus conocimientos en cocina tradicional catalana, aprendida en casa con su abuela, y la asiática, que aprendida en su formación profesional. De esta forma encontramos platos como su trilogía del pollo, tres snacks que sirven para hacer boca y que incluyen desde el recuerdo de mojar el pan en el huevo hasta el crujiente de su piel; una tostada aérea de cap i pota y camarones o un saquito de gamba roja con un toque picante y con salsa Tom Yum Kung.

También nos encontraremos un guiso típico de mar y montaña rellenando sus gyozas de sepia y albóndigas; un salmonete con un curry mediterráneo no picante o un versionadísimo ànec amb peres, plato tradicional catalán en el que se han inspirado para hacer su magret de pato con pera al sake.

Para finalizar, un guiño algo romántico a sus años en Asia con el "Hombre del carrito" un chucho relleno de crema inglesa de arroz, Chutney picante de mango, helado de maíz dulce y crema de coco que rinde homenaje a un anciano que visitaba cada día el restaurante en el que trabajaban. Al llegar tocaba la campana y por un momento, todo se paralizaba y todo el equipo salía a comprar un helado de coco con arroz, maíz y cacahuetes que sólo aquel vendedor ambulante podía ofrecer.

En The Alchemix la creatividad está servida. Empieza el espectáculo con malabares entre bebidas y comidas, entre copas, teteras, platos y bandejas que, como si de un desfile de moda se tratase, sorprenden un poco más con el modelo siguiente.

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