Dicha nota de prensa, traducida, viene a decir (poco más o menos): "En The Amazing Spider-Man 2, a Peter Parker se le complica el día a día. Entre atrapar a los malos como Spider-Man y pasar tiempo con la persona a la que quiere, Gwen, la graduación del instituto no puede acercarse más deprisa. Peter no ha olvidado la promesa que hizo al padre de Gwen de protegerla alejándose de ella, pero es una promesa que es incapaz de cumplir. Las cosas cambiarán para Peter cuando surja un nuevo villano, Electro, coincidiendo con el regreso de un viejo amigo, Harry Osborn, y el descubrimiento de nuevas pistas sobre su pasado".
Os explicaré la razón de mis reticencias. En la trilogía de San Raimi, todo funcionó muy bien hasta Spider-Man 3. ¿El motivo?. Pues para mí, que mientras Spider-Man y Spider-Man 2 se centraban en la lucha del héroe con un único villano en cada una de ellas (el Duende Verde y el Dr. Octopus respectivamente), amén de ahondar en la compleja relación de Peter y Mary Jane, en la tercera parte el asunto se desmadró hasta límites insospechados. Por un lado teníamos a Spidey parasitado por el simbionte alienígena, lo que ya no es poco. Luego se sumó a la fiesta el Hombre de Arena, y creo que ahí el argumento empezó a sobresaturarse. Pero es que a la vez, a Peter le salió un fotógrafo rival en el Daily Bugle (Eddie Brock), que le trajo más de un dolor de cabeza. Por si todo ello fuera poco, Harry Orborn se convirtió en el nuevo Duende, y presa de un obsesivo deseo de venganza, atacó al arácnido. Por otro lado entró en escena una (nefasta) Gwen Stacy, que no pegaba allí ni con cola, lo cual interfirió mucho en la ya de por sí delicada relación de Peter con la pelirroja. Pero es que a continuación (y tras ciertos bailecillos ridículos de Parker), el simbionte se acopló al citado Eddie Brock, y de ahí surgió Veneno.
Lo que trato de decir, es que si metes en una coctelera al simbionte alienígena, al Hombre de Arena, al nuevo Duende, a Eddie brock, a Gwen Stacy, luego a Veneno... ¡uff!. Como dicen por ahí: "el que mucho abarca, poco aprieta", y en esta ocasión no puedo estar más de acuerdo con el refranero popular.
Para mí, la película perfecta de Spider-Man (o de cualquier otro superhéroe), debería tener un sólo supervillano, y un sólo interés romántico. Todo lo demás estará metido con calzador, y se contará a medias, que al final es lo mismo que decir que no se contará bien.
Y volviendo ahora a la nueva saga arácnida: veréis que en The Amazing Spider-Man respetaron esa sencilla fórmula. De modo que tuvimos un sólo supervillano, el Lagarto, y un sólo interés romántico, Gwen Stacy. Hubo otras subtramas, cierto, pero a mi entender no interfirieron negativamente en el desarrollo de la trama principal. En todo caso la enriquecieron en matices.
Sin embargo, en The Amazing Spider-Man 2 ya los veo venir (y nada me gustaría más que equivocarme), pero por lo que parece vamos a tener por un lado a Electro, parece ser que también al Rhino, y de propina, hace un tiempo que el actor Asim Ahmad declaró que interpretaría a Morbius.
Si a todo eso le sumamos que ya está confirmado que en esta secuela coincidirán Gwen Stacy y Mary Jane para volver loco a Peter... sólo nos faltaba que la anunciada inclusión de Harry Osborn viniese acompañada de otras bonitas mallas de supervillano.
Sinceramente: a mí todo esto me da muy, pero que muy mala espina. ¿Y a vosotros?.