La historia, es de sobras conocida: a Peter Parker, un niño huérfano criado por sus tíos, un buen día le pica una araña modificada genéticamente en unas instalaciones de la compañía Oscorp. A partir de esto, va desarrollando una serie de poderes que le convierten en un super héroe En esta ocasión, el villano al que tiene que derrotar, es uno menor bajo mi punto de vista, se trata de el Lagarto. Y se me olvidaba, entre medio, esta la desaparición del tío Ben, y todas las consecuencias que esto conlleva.
Las comparaciones son odiosas, pero en esta ocasión, ya al haber pasado tan poco tiempo desde que terminara la última entrega de la anterior trilogía, es inevitable. La película, a pesar de sus desviaciones del comic, y de la trama de la primera parte de la película de Raimi (el villano es otro, la chica es otra, los amigos son otros), la verdad es que son muy parecidas, pues el descubrimiento de los poderes, va en sintonía en las dos películas. Cierto es también que aquí ya no se trata de un Peter Parker, que es el panoli del instituto, sino que es un tipo más o menos antisocial, y muy inteligente, pero no el objeto de todas las bromas.
En definitiva, una película recomendable, muy entretenida, y bien actuada y por lo tanto con una buena dirección de actores, que quizá si se hubieran esperado unos años más, habría resultado mejor, por no tener que compararla continuamente.