The Artist es la película del año, sin duda. Así lo handecidido los académicos de Hollywood y probablemente la mayoría de la gente quela vea.
Envuelta en la etiqueta de comedia The Artist nos cuenta unahistoria bastante convencional, que no es la primera vez que se cuenta, pero lohace de una manera irresistible. La película engancha desde el minuto 1, sesigue muy bien y no aburre en ningún momento (lo digo para los que el cine mudolos hecha para atrás). Pero es que además tiene algunas escenas que podríamoscatalogar ya de míticas, como la escena en la que ella abraza el traje de el ensu camerino o ese perfecto final con onomatopeya incluida.
La factura impecable y una perfecta dirección de actoreshacen de esta película un clásico instantáneo, que destila, al igual que La invenciónde Hugo, amor hacia el mundo del cine por los cuatro costados, además de ser unhomenaje a los inicios del cine en Hollywood.
A pesar de todas las buenas recomendaciones que me habíanhecho tenia mucho miedo de ver la película, sobretodo por la calidad que se leatribuye y la valentía que se le supone al ser una película muda en los tiemposque corren. Pero todas mis dudas han sido disipadas de golpe por estaexcepcional película, que emociona con la fuerza de sus imágenes y laemotividad de una historia clásica.
En los tiempos que corren es cierto que hace falta mucha valentíapara levantar semejante proyecto y acabar llevándote varios Oscar, pero lo querealmente tiene valor es contar semejante drama y hacer que la gente acabe conuna sonrisa en los labios.
Redondeando y mejorando todo esto están una banda sonoragenial de las que se identifican inmediatamente y un perro encantador al que tellevarías a casa sin pensarlo.