Los tráilers que se han ido lanzando de esta nueva versión de Batman eran muy prometedores, pues daban a entender que íbamos a ver a un superhéroe imbuido en una trama clásica de cine negro, algo que no se había potenciado en películas anteriores. Y si bien es cierto que el arranque de The Batman es ciertamente espectacular, presentándonos, con una estética muy influenciada por el Seven de David Fincher, a un caballero de la noche más atormentado de lo habitual, hasta el punto de que la personalidad de Bruce Wayne le sobra: solo le interesa su papel como vigilante, seguir noche tras noche vengando simbólicamente la muerte de sus padres. Resulta curioso que de el proyecto inicial de esta producción, que iba a escribir, dirigir y protagonizar Ben Affleck en desarrollo de su versión madura de Batman, haya derivado en esta nueva reinvención del universo del murciélago protagonizado por un Batman muy joven, que solo lleva dos años haciendo de héroe, por lo que todavía es muy inexperto. Esto deriva en que en la investigación que emprende para parar los crímenes del Acertijo siempre vaya muy por detrás del villano y que necesite del concurso de otros para no avanzar con pasos de ciego. Si bien el comienzo es excelente, la película se va desinflando paulatinamente e incluso se va haciendo un poco larga, ya que quiere contar mucho sin desarrollar apenas nada. Tampoco ayuda que la química de Batman con Gordon o con Alfred sea casi inexistente. Este es un Batman que juega todas sus cartas a la temeridad y a la depresión, hasta el punto de que Wayne solo sirve para tomar algún que otro descanso en la mansión, pero sin ni siquiera tomar las medidas higiénicas más elementales, además de pasar absolutamente de cualquier actividad que tenga que ver con la gestión de sus empresas. Reeves ha preparado una producción espectacular, con una fotografía oscura y tenebrosa, pero con un guion poco original y repetitivo. Hay muchos elementos interesantes en su propuesta que despiertan el interés acerca de posibles secuelas, pero por ahora The Batman se queda como una película con excelentes intenciones y concebida con valentía pero que se queda un poco en tierra de nadie.