The Beast Below - Doctor Who

Publicado el 19 abril 2010 por Rebecasanchez
El segundo capítulo de la quinta temporada de Doctor Who se ha titulado The Beast Below. Al principio del capítulo vemos a Amy flotando en el espacio mientras el Doctor la agarra por el tobillo desde la TARDIS. Preciosa escena. En estas se topan con una gran nave espacial. Una nave que es un país entero. Estamos en el siglo XXIX y la raza humana ha abandonado el planeta debido al calentamiento del sol. Los diversos países de la tierra construyeron naves para vivir en ellas y se lanzaron al espacio. Evidentemente el Doctor y su nueva compañera se encuentran con la nave del Reino Unido y suben a bordo.
Antes de entrar en la nave el Doctor le dice a Amy que ellos son meros espectadores (JA) que no deben involucrarse ( JA JA) y que se limite a seguirle (JA JA JA). En cuanto entran en la nave el Doctor se salta esas normas. ¿Por qué? Porque ve a una niña llorar. Llorar en silencio, sentada en un banco, rodeada de gente que ignora su dolor. Eso llama poderosamente la atención del Doctor pues si un niño llora en silencio es que algo terrible ha pasado y si nadie le hace caso es que tienen miedo, saben lo que ha sucedido pero no quieren verse involucrados. Me gustó que en este punto Amy le preguntase directamente si él era padre. Algo que a sus otras compañeras siempre había insinuado o dicho él. Amy pregunta de la manera más natural del mundo y él elude la pregunta.
El espectador sabe porqué llora la niña pues al principio del capítulo vio a los Smilers arrojando a un niño por el ascensor. Los Smilers están por todas partes, aparentemente son los vigilantes de la nave e inmediatamente se fijan en el Doctor y Amy.
Amy se queda sola un rato pues el Doctor va a hacer de las suyas y es capturada y llevada a una habitación donde se vota. Allí le ponen un vídeo pero cuando el Doctor la encuentra, unos 20 minutos más tarde, ella ha olvidado lo que ha visto. Ha elegido olvidar. Sin embargo el Doctor sigue investigando. ¿Por qué la nave no vibra? ¿Por qué los motores no funcionan? ¿Cómo se mueve la nave? El Doctor espoleado por la curiosidad y por su encuentro con Liz Ten, una misteriosa mujer enmascarada, decide no olvidar y pulsa la opción protestar en la cabina de votación. A consecuencia de esto Amy y él son lanzados por un tubo, como el chiquillo del inicio, hacia las profundidades de la nave. Aparecen en un lugar asqueroso. Esto me recordó a Star Wars, a la escena en la que llegan al compresor de basura. Claro que Amy y el Doctor no están dentro de un compresor de basura sino que están dentro de la boca de un bicho enorme. Esos dientes enormes...
In extremis el Doctor salva la situación obligando al animalillo a vomitar. Nuestros amigos, hechos un asco, serán rescatados por Liz Ten y descubrirán que se trata de la Reina. Un personaje que me ha gustado bastante. Ya solo por la frase “I’m the bloody queen, mate. Basically, I rule”. Una reina atrapada en su reino y con un secreto a sus espaldas. La eterna juventud, la eterna carga de descubrir una y otra vez la cruel verdad y de tener que elegir. Su situación me recuerda mucho al mito de Sísifo, llegar a la cima para empezar de cero una y otra vez.
Los tres juntos descubrirán lo que sucede, aunque a mi me resultaba bastante evidente. Cuando todas las naciones de la tierra se embarcaron en sus naves, el Reino Unido se quedó en la Tierra. El calor aumentó y con ello el sufrimiento. Y de repente, apareció su salvación, la Ballena Espacial, última de su especie. La capturaron y montaron la ciudad sobre ella. La llenaron de cables y electrodos para someterla. La torturaron para poder dirigirla y la alimentaron con aquellas personas que elegían no olvidar en la cabina de votación. Liz Ten descubría la situación aproximadamente cada diez años y tenía dos opciones olvidar o abdicar. Es decir dejar que los humanos viviesen a costa del sufrimiento de la Ballena o dejar de torturar al animal y morir todos. Este dilema enfurece al Doctor y decide hacer lo más piadoso, convertir a la Ballena en un vegetal, que no sienta pero que siga siendo la base y motor de la nave.
Moffat pone un espejo frente a los seres humanos, un espejo donde vemos lo egoístas que podemos llegar a ser. Preferimos olvidar a enfrentarnos a la verdad, una verdad dura pero real. Elegimos torturar algo único y bello para vivir una mentira. Eso es algo que hará enfadar al Doctor. El ser humano hace su elección y se eligen a si mismos una y otra vez. Sin darle nunca una opción a la Ballena Espacial. Incluso Amy lo hizo.
 Y aquí nos damos cuenta de algo, de la enorme similitud entre la Ballena Espacial y el Doctor, ambos son muy viejos, ambos son los últimos de su especie y ambos ayudan a los seres humanos. Amy pulsa el botón de abdicar de Liz Ten y lo que sucede es que los humanos abren al fin los ojos. Cuando la Ballena Espacial apareció en el cielo no fue casualidad, ella fue hacia ellos para ayudarles, sin embargo los humanos ni se plantearon esa opción, capturaron al alien y lo transformaron en su base y motor. La Ballena Espacial acudió al rescate de los niños porque es muy vieja, buena y solidaria, además siendo la última de su especie no soportaba escuchar a los niños llorar.
Es un capítulo muy interesante, con buenos efectos especiales, bien narrado, estupendamente interpretado por unos actores que ya se han hecho con sus personajes (Amy me encanta) y con una historia trepidante que te atrapa desde el primer momento. A mayores, unos malos, muy Moffat, que resultan de lo más aterrador. Este hombre tiene un don para crear monstruos. Visualmente el capítulo me ha gustado, la nave del Reino Unido parece sacada del imaginario de Blade Runner o de los atolones de Waterworld (película que me encanta aunque me caigan panes por todas partes siempre la defenderé). Ver la imagen de la Ballena Espacial me recordó al MundoDisco.
Amy Pond, en su primera aventura espacio-temporal, se muestra curiosa. Actúa por impulso, guiándose por su corazón, pero esto no la convierte en una cabeza loca. No, Amy es lista. Se da cuenta de la analogía, capta las semejanzas entre el Doctor y la Ballena Espacial en seguida. Amy no parece temer al Doctor, no tiene miedo a enfrentarse a él ni de actuar por su cuenta. Aunque si parece temer su propia boda. Una boda que no sé si llegará a celebrarse. Es evidente que el Doctor en sus viajes debe tener una compañera que lo apoye pero también que se plante cuando cree que es necesario hacerlo, como muy bien hizo Amy en este capítulo. Me ha gustado mucho el final cuando se abrazan con ese fondo estrellado. Prometen mucho estos dos. Aparece una grieta al final del capítulo, una pequeña grieta brillante que me hace pensar en la que había en la habitación de la pequeña Amy Pond. Seguro que tiene relación. Al igual que Bad Wolf en la primera temporada de la nueva era.