De todas formas, ya fuera Jules o Jude, se trataba de la misma persona, del hijo de John y Cynthia Lennon, Julian. Resulta que al poco tiempo de la separación de la pareja, Paul —amigo de la familia, entre otras cosas— hizo una visita sorpresa a madre e hijo para interesarse por su estado y en especial el del niño. Pues bien, a raíz de aquéllo escribió la letra, dedicada a Julian y no a John Lennon como este creyó, y con la intención de que el pequeño no se preocupara por nada.
Existen unas cuantas anécdotas acerca desde la grabación de la canción, desde que se realizó coincidiendo con la del álbum The Beatles —más conocido por los castellanoparlantes como El álbum blanco— hasta que uno de los músicos de la orquesta que intervino en el proceso se negó a dar palmas y cantar. En cuanto a su publicación, Hey Jude contó con Revolution como cara B ante la disconformidad de John Lennon, quien opinaba que esta última debía ser la cara A, y no al revés.
Pero a pesar de la oposición de Lennon, el tema gozó de la aprobación del público y alcanzó el primer puesto de las listas de Reino Unido y de Estados Unidos. Al otro lado del Atlántico permaneció nueve semanas en lo más alto, lo cual le valió convertirse en el sencillo de la banda que más tiempo estuvo en esa privilegiada posición.