"De derrota en derrota hasta la victoria final"Mao Tse Tung
"China es tan extensa que hubo una vez un anciano que nunca supo de la existencia de un tal Mao Tse Tung" (línea que aparece, más o menos así, en la película)
#AlertaSpoiler. La película es de Takashi Miike, lo cual sorprende por el contraste con el resto de su violenta filmografía. Dos japoneses, uno empleado o ejecutivo de una empresa que busca jade, y el otro un yakuza enviado a vigilar los intereses de su empleador en la empresa de aquél, cruzan gran parte de China (o no, este es uno de los puntos de la película: la extensión incalculable de China) en busca de una gran fuente de jade. La extensión de China es una metáfora que no debe ocultarnos otra distancia: la modernización desigual del país, la cual se evidencia en ciudades con comunicaciones desarrolladas y aldeas tercermundistas que ni siquiera tienen electricidad. O más: que han permanecido aisladas del resto del mundo. Acá es donde aparece la fantasía propiamente japonesa: la película tiene más o menos solapado un canto a la sencillez y naturalidad perdidas, de Japón en realidad, saturado por la tecnología y la velocidad modernas (al comienzo de la película, cuando los protagonistas no han salido de la isla, las escenas corren a gran velocidad). El sueño de uno de los protagonistas, el hombre de negocios, es encontrar "un lugar en el mundo donde el hombre no haya pisado" (acaso donde la razón occidental, o sea lo que eso sea, no haya pisado).
En el camino van encontrando pistas de un legendario pueblo de hombres-pájaro, al cual llegan casi accidentalmente en una balsa tirada por cinco tortugas acuáticas. Esta aldea cuenta con una escuela donde se enseña a volar a los niños, y con una maestra que canta una canción en un lenguaje misterioso y no reconocible. El hombre de negocios emprende la tarea de descifrar ese lenguaje que la propia maestra no entiende. Ella dice que es una canción enseñada por su padre (o abuelo, no recuerdo), el cual "vino del cielo". Lo más increíble de la película no son los niños-pájaro, sino el hecho mágico de que lo que canta la maestra es inglés: en una aldea china, abandonada por Dios, reaparece el idioma más comercial, la lingua franca del Imperio, del capitalismo globalizado, etc. Más tarde nos enteramos de que el abuelo que "cayó del cielo" era un aviador inglés: el punto que prueba la película, sospecho que a pesar de la intención del director, es lo precario de toda autenticidad. El yacuza parece no entender esto y cerca del final de la película, en un intento por preservar la inocencia de la aldea no maculada por la modernización, busca evitar que el hombre de negocios se vaya, y de este modo no pueda informar a nadie de la existencia de esta aldea. El desafío que el hombre de negocios le propone al yacuza, para que lo deje ir, es hermoso.
Bonustrack: el Yakuza idealista no es un disparate ------> :O