Un par de meses después, es por la noche, estoy en un antro jugando al billar con mi novia (de entonces), su hermana y el novio de ésta (siempre íbamos los cuatro juntos en mi coche y siempre les metía el “Sticky Fingers” a todo volumen), en el monitor de televisión pasan videoclips, comienzan a sonar los acordes de un tema, es mi turno, miro a mi “cuñada” y antes de tirar le digo “no sé quiénes son estos tipos, pero hacen justo el tipo de música que más me puede gustar en estos momentos”, le doy a la bola blanca, no recuerdo si bien o mal (no hice ningún siete, ya es algo), y me pongo a mirar el vídeo… un momento, estos… estos me suenan ¿estos no son …
Pues sí, eran The Black Crowes y el tema “Twice As Hard”. No voy a ponerme a estas alturas a contar lo bueno qué es este disco… además ¿Qué más hay decir de una banda cuya carta de presentación es semejante y tremenda versión del “Hard To Handle”? Eso es ya de por sí una declaración de principios en toda regla: el soul y el rock combinados de manera explosiva y magistral. Ahí estaba Otis y estaban los Stones, estaba Wilson y estaban los Skynrd, estaba Aretha y estaba Chuck Berry, estaba… bueno, estaba una banda que ahora ya es, simplemente, leyenda.
Pocas veces he tenido la sensación que tuve con este disco, como de estar asistiendo al nacimiento de algo muy grande y de sentirme una especie de privilegiado por haberme percatado desde el comienzo, quizá sentí algo parecido con los debuts de Stones Roses, Blind Melon, Pearl Jam u Oasis… pero creo que no con tanta claridad como en este caso. Un auténtico privilegiado, así es como me sentí cuando comencé a escuchar los cortes de ese vinilo, “Jealous Again, “Sister Luck”, “Could I’ve Been So Blind”, “Seeing Things”, “She Talks To Angels”… a cada cual mejor.
The Black Crowes, “Shake Your Money Maker”, definitivamente uno de los discos de mi vida.
Por cierto, los tres vídeos me parecen tremendos.