La sierra es la familia.The blind Side (Un sueño posible) es un film que consiguió importantes logros. La película se coló entre las diez nominadas a mejor película de la pasada edición de los premios Oscar, consiguió en la misma gala el de mejor actriz para su estrella protagonista,
Sandra Bullock, y superó los doscientos cincuenta millones de dólares de recaudación en taquilla, convirtiéndose en uno de los títulos sorpresa del año pasado en EE.UU. No obstante, la película también ha logrado otros hitos dignos de resaltar, como el de convertirse en la película más asquerosamente falsa, blanda e insoportable de los últimos tiempos, capaz de lograr mi indignación en numerosos momentos de su extenso metraje, y el de colarse en el número uno de mi ránquing personal de películas basadas en hechos reales menos creíbles de la historia.
La película gira en torno a
“Big Mike”, un orondo adolescente negro a quien le falta un hervor pero que resulta ser todo un portento en deportes, gracias a lo cual el chico logra ingresar en una escuela católica privada, donde tampoco acaba de encajar. El chico se ha quedado solo en el mundo después de ser separado de su madre (adicta a las drogas) y pasar por varias instituciones sin demasiada fortuna. Su suerte cambiará el día en que se cruce en su camino la
familia Tuohy y decidan ofrecerle el sueño americano servido en bandeja de plata. La escena a la que me refiero es la siguiente: La familia adinerada viaja en coche bajo una noche lluviosa cuando ven a “Big Mike” cruzar la calle con una bolsa de plástico donde lleva su única muda de recambio. Rápidamente la madre (que como más tarde podremos comprobar es quien lleva los pantalones en la familia) le ofrece cobijo en su hogar. La sensación, viendo la escena, es de que la familia se ha encontrado a un cachorro abandonado bajo la lluvia y deciden quedárselo, pero resulta que en lugar de un cachorro se trata de un tipo negro de casi de dos metros que ya hace tiempo que empezó a afeitarse.
Lo que en principio iba a ser una estancia de una noche termina alargándose más de lo previsto, lo que comportará una serie de cambios tanto en el joven adoptado, como en la familia de clase alta. El primero deberá abrirse y aprender a confiar más en su nueva “familia” y los adoptantes recibirán unas valiosas lecciones de humanidad por parte del nuevo inquilino. Lo dicho se podrá apreciar en la siguiente escena: Es el día de acción de gracias y la familia ingiere comida recién adquirida en un super, sentados en el sofá de la casa, cada uno a su bola, mientras ven el partido de fútbol por televisión. De repente buscan a “Big Mike” pero nadie lo encuentra. ¿Donde està?, se preguntan todos. Al cabo de poco lo encuentran sentado solo en la mesa del comedor a punto de empezar a comer. En el siguiente plano vemos a toda la familia sentada junta en la mesa, con la tele apagada, cogidos de las manos, mientras dan gracias por los alimentos que están a punto de ingerir. Cabe advertir que dicha escena puede provocar un nudo en la garganta del espectador o, por el contrario, una potente arcada, como fue mi caso.
Como les contaba, el chico no es que sea el más espabilado de su barrio, pero resultará ser todo un portento jugando a fútbol americano, después de entrenar duro con su nuevo hermano pequeño, uno de los niños más odiosos de toda la historia del cine, se lo puedo asegurar. El problema es que para poder ingresar con una beca de deportes en una buena universidad deberá mejorar sus paupérrimas notas, por lo cual la familia (que llegados a este punto, ya no le viene de aquí), optará por ponerle una profesora particular al muchacho, quien intentará esforzarse al máximo para lograr los resultados deseados. A la vez, la madre y cabeza de familia, deberá hacer frente a las dudas que despertará la presencia del nuevo miembro de la familia entre sus más allegados, viéndose en la obligación de tener que cerrar más de una boca. En un momento del film una amiga de la madre le comenta que está cambiando la vida del chico, a lo que ella, muy segura de si misma y con la mirada perdida en el infinito le responde: no, él está cambiando la mía. Si llegados a este punto hubiera optado por salir a la calle armado con una escopeta y hubiera empezado a disparar a la gente de forma aleatoria, les aseguro que gracias a este diálogo hubiera podido alegar enajenación mental transitoria frente al juez y, seguramente, hubiera sido absuelto .
Éste
miserable telefilm con ínfulas de grandeza está dirigido por el sr.
John Lee Hancock (nada que ver, que sepamos, con la película de Will Smith), en su tercer trabajo detrás de las cámaras, habiendo dirigido anteriormente la también deportiva
El novato, centrada en el mundo del béisbol y el western
El Álamo: la leyenda. Para esta película ha contado con la estrella
Sandra Bullock, en un papel donde intenta alejarse de su rol habitual en comedias románticas al uso y con
Kathy Bates (
Misery), en el papel de la profesora particular del muchacho.
Mucho se habló del
Oscar a la mejor actriz que se llevó la Bullock por este papel. A
Hollywood siempre le ha gustado premiar a sus estrellas más comerciales que, en un momento dado, optan por arriesgar un poco más (la puntita nada más) a la hora de encarnar un personaje. En ese caso, los melodramas acostumbran a ser la mejor opción para llevarse la estatuilla. Ni el papel que interpreta
Sandra Bullock ni su interpretación merecen otra cosa que no sean bostezos por mi parte, a pesar de lo cual, finalmente logró llevarse el gato al agua.
The blind side resulta ser un producto francamente detestable, por tramposo y artificial. A pesar de estar basada en un hecho real nada en ella resulta mínimamente creíble. La historia, que empieza como un drama con todas las letras rápidamente da un extraño giro hacia una trama terriblemente domesticada y moñas con el fin de poder llegar al máximo número de público posible, que estará encantado de poder comprobar que existen las segundas oportunidades incluso para la gente más pobre, gorda y tonta del mundo. La película nos vende que sigue habiendo gente buena en el mundo (en los barrios adinerados, por supuesto, que en las afueras todo el mundo va armado hasta los dientes y fuma crack), lo importante del estamento familiar y de la fuerza de sus lazos. Pero la película, en todo momento, se queda en la superficie y no se atreve a rascar un poco para poder encontrar que se encuentra debajo, desaprovechando así sus más de dos horas de duración en una continua colección de bonitas postales en la que podemos ver como una familia rica invita a un pobre a su mesa, le viste y le enseña a creer en sí mismo para superar sus límites. Muy bonito todo, ciertamente, pero resulta frustrantemente vacío, tópico, fácil y transparente.
Resumiendo: The Blind side es, probablemente, el mayor montón de mierda que he tenido la desgracia de sufrir en mucho mucho tiempo.
Leer critica The blind side en Muchocine.net