Richard Kelly, partiendo de un relato de Richard Matheson, logra una inquietante película con ese ambiente malsano propio de las pelis baratas de la Hammer y de algunos episodios de The Twilight Zone. Entretenida y con un Frank Langella mutilado que mola. Aconsejo leer la crítica que escribió Jordi Costa.
Richard Kelly, partiendo de un relato de Richard Matheson, logra una inquietante película con ese ambiente malsano propio de las pelis baratas de la Hammer y de algunos episodios de The Twilight Zone. Entretenida y con un Frank Langella mutilado que mola. Aconsejo leer la crítica que escribió Jordi Costa.