Año: 2013
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos
Director: Brad Anderson
Guión: Richard D'Ovidio
Música: John Debney
Fotografía: Tom Yatsko
Reparto: Halle Berry, Abigail Breslin, Morris Chestnut, Michael Imperioli, Ella Rae Peck, Roma Maffia, Justina Machado, José Zúñiga
Productora: Graup Entertainment / Troika Pictures
Una operadora telefónica de la línea del 911 de la policía deberá enfrentarse a sus propios temores para intentar salvar la vida de una joven de un asesino en serie que está secuestrando y matando a chicas.
Por lo que a mí respecta, Brad Anderson no levantaba cabeza desde El Maquinista, y de eso hace ya casi una década. Entre sus últimos trabajos en la gran pantalla, ha dirigido algunos capítulos de series bastante exitosas, como Fringe o Boardwalk Empire, de las que no voy a opinar sin haber visto.
Cinematográficamente hablando, sus últimos trabajos dejan bastante que desear. La flojísima Transsiberian y la decepcionante Vanishing of the 7th Street, que se pudo ver durante el Festival de Sitges 2010, son buen ejemplo. Principal motivo por el que mi confianza había mermado bastante. De manera, que The Call se convirtió en una película por la que no hubiera apostado ni con un certificado Iso-9002, pasando directamente a la recamara de visionados.
Pero, en el tercer día de festival y entrados ya en materia y tras ver The World' End, los ánimos andaban bastante caldeados. Aun sabiendo que arriesgaba mi integridad física y moral, finalmente, me decidí a verla, se suele decir que la curiosidad mató al gato, solo qué esta vez -por suerte-, el gato sobrevivió.
The Call ha sido mi apuesta, y me ha servido para quitarme el mal sabor que me dejó Antisocial, una de mis firmes apuestas en el marco del Festival de Sitges 2013. Es curioso, como a veces las apuestas en contra, se convierten en las ganadoras, o inversa. No recupera al mejor Anderson, pero nos deja un trabajo muy superior a sus últimos descalabros, algo bastante fácil, pero no por ello más probable.
Un intenso y gratificante thriller que se mueve entre todos los tópicos habidos y por haber, eso no lo niego. Pero sin miedo a represalias, diré que me ha parecido una película muy bien llevada y desarrollada. Mantiene un digno nivel de tensión y violencia en su desenlace, que además, contiene un giro de tuerca final, poco innovador, pero sorpresivo. No sé si había otra posibilidad mejor, lo que sí sé, es el desenlace que los personajes merecen.
Con las cantidades que se manejan en la actualidad, el presupuesto de 13 millones de dólares se puede considerar ajustadísimo, pero está realmente bien administrado, no han dejado ningún aspecto técnico u artístico cojeando.
Quizás al no esperarme nada especial, me ha sorprendido, muy, mucho, y no me arrepiento en absoluto de haberla visto. Como punto negativo, tenemos alguna escena con regusto a telefilm en el primer tramo de película, qué seguro se habría consumado a lo largo de la película, de contar con un reparto menos talentoso y un presupuesto inferior. Por suerte, son dos factores que no se cumplen. Además, el ritmo te mantiene entretenido la mayor parte de su correcta duración.
La fotografía de Tom Yatsko es bastante buena, sobre todo en la guarida del asesino. La forma en que Anderson mueve y sitúa la cámara en escenarios interiores como el maletero o la mencionada guarida, mantienen un buen pulso cinematográfico. En exteriores como la autopista, mantiene un tono sobrio, pero sin perder un ápice de tensión, gracias a una puesta en escena bastante convincente para un producto tan modesto.
Partiendo de una premisa tan sencilla y un desarrollo, a priori, tan plano y sosaina. La situación en el maletero no aparenta continuación argumental posible. Sin embargo, el guionista de 13 fantasmas, Richard D'ovido, se inspira libremente en el cuento de Hansel y Gretel, dejando pistas que recuerdan a las migas de pan que tiran los niños en el cuento. Una forma ingeniosa de prolongar una historia que parecía insostenible.
En el reparto contamos con actores bastante solventes; Halle Berry, Abigail Breslin y Michael Eklund.
Halle Berry encarna a la operadora Jordan Turner con soltura, aunque, en alguna escena dramática se la vea un tanto forzada, en general cumple bien su papel, ganando bastante fuerza interpretativa a partir de medio film, cuando por fin ésta se enfrenta a sus propios demonios interiores.
Michael Ekund, el actor de The Divide, encarna a Michael Foster un asesino perturbado, aunque no lo veía claramente en el papel, y no va a ser recordado como uno de los más macabros y perturbados, su degradación física, que se limita a pequeñas líneas de maquillaje y ojeras, resaltan una perturbada y desencajada mirada que en no da miedo, pero sí mal rollo. Y hace que se vuelva más creíble en su interpretación, que acaba siendo de lo mejor del reparto.
Y en tercer lugar Abigail Breslin, nominada al Oscar por la película Pequeña Miss Sunshine, ya no tan pequeña (valga la redundancia cómica). Actriz que también pudimos ver en Zombieland, proyectada en una anterior edición del Festival de Sitges. Breslin se sumerge en sus dos vertientes interpretativas opuestas, las cuales no desvelaré para no hacer spoiler. El resto de personajes como Evie Thompson (2 Guns) o Morris Chestnut (Kick Ass 2) son secundarios y no influyen de forma extremadamente relevante en el desarrollo de la historia.
The Call es una película en la que hay que admitir licencias, como en muchas otros films criminales o de terror. Vamos, que no es un huracán de sensaciones, ni emociones, pero funciona de maravilla, te mantiene en tensión una buena parte del mismo.
Puntuación