ANÁLISIS DEL DISCO. 1. “Police on my back”: Algo innegable o muy claro es que “Sandinista!” quizás abra sus 2 cds con las piezas más llamativas o con más magnetismo. Si comenzábamos el disco 1 y “Sandinista!” en global con la seductora funky “The magnificent seven”, The Clash toman el punk rock por bandera con “Police on my back” para meter tralla desde el primer segundo del 2º disco. La temática y letra es genuinamente punk en tanto a la crítica contra los organismos represores del poder. Para mi gusto una de las mejores pistas de The Clash en general y un seguro de buen funcionamiento en sus conciertos (cosa que se puede ver en el disco en directo en el Shea Stadium que vio la luz no hace mucho en formato cd).
2. “Midnight log”: Del punk rock frenético y guitarrero pasamos con “Midnight log” a una especie de swing-rockabilly a modo de divertimento que The Clash introducen a estas alturas de obras. Reiterativa en su melodía cíclica, no se empeña en destacar mucho.
3. “The equaliser”: Ya mencioné en el artículo del disco o parte 1 de “Sandinista!” a “The equaliser”. Llega el turno de la mejor pieza de la obra en el sector de las piezas experimentales e hipnóticas. “The equaliser”, casi en formato dub, parte del reggae más psicotrópico imaginable, para conformar una canción a base de voces de Strummer perdidas en el eco lejano y desafines de cuerda muy bien jalonados. Una canción experimental, y de las mejores que le puede venir a cualquier fumeta en sesión intensa de canutos bien cargados. He de puntualizar que soy capaz de sacarle partido sin necesidad de alterar mi mente con sustancias añadidas, así que no le tengan tanto miedo. Servidor es admirador de lo raro y no cabe duda que “The equaliser” dentro de The Clash, e incluso dentro de este “Sandinista!” es una rara avis.
4. “The call up”: Ejemplo de importancia por mensaje más que por su melodía, algo monótona y repetitiva, es “The call up”. La temática insumisa ante el servicio militar, tema nuevamente recurrente en el punk, es lo que hace destacar a “The call up”. Sus bases juguetonas, a base de elementos sutiles de percusión, le conceden personalidad en el sector instrumental.
5. “Washington bullets”: Inofensiva y juguetona en su sonido, se presenta la que podríamos denominar como “canción título”, básicamente por el hecho de que se menciona al título del disco en la letra, ya que la pista se titula “Washington bullets”. Strummer se acompaña de coros ocasionales, en esta pieza pop, melódicamente inofensiva y llevadera.
6. “Broadway”: Con “Broadway”, The Clash siguen empeñados en alejarse de su origen. En esta canción de tintes misteriosos y elegantes en sus primeros compases, deriva en un ejercicio pop parecido a las formas de la previa “Washington bullets”. Quizás si no se hubiera desparramado en su tramo final y hubiera mantenido su insinuante sonido durante todo el metraje, el resultado hubiera sido mejor. De hecho, tiene un interludio anexo en su duración que si cabe te deja más fuera de juego si cabe.
7. “Lose this skin”: Tras varios instantes no demasiado memorables, llegamos a un punto destacable, con la notable “Lose this skin”. Apoyado en arreglos de cuerda algo irlandeses y valiéndose de una voz femenina que sería el equivalente de Strummer dentro de ese género, podemos escuchar esta pieza más acorde con el cariz de los The Clash, aún suponiendo una partida respecto a sus trabajos anteriores. Destaca mucho dentro del Cd 2 esta “Lose this skin”, siendo uno de sus mejores momentos.
8. “Charlie don’t surf”: No es mala pieza la tranquila y llevadera “Charlie don’t surf”. Sirve para contrarrestar el arrebato de cuerdas que nos ha regalado “Lose this skin”. Eso sí, para cabreo de los más radicales en el sentido abrasivo de la música, The Clash siguen en esta ocasión moviéndose en el pop/rock descafeinado.
9. “Mensforth hill”: Es lugar para otro ejemplo de locura musical. The Clash confeccionan un collage de varios elementos pregrabados con sus instrumentos en “Mensforth hill”. Los efectos de ida y vuelta de la mesa de mezclas abundan en el caos de la producción, dando ejemplo de una composición que bien podría estar inmersa en el igualmente caótico “My Life In The Bush Of Ghost” de David Byrne y Brian Eno de esos días.
11. “Kingston advice”: “Kingston advice” alterna estrofas casi psicodélicas o psicotrópicas con un estribillo directo y rockero. Es sobre todo su estribillo lo que le concede notabilidad a esta “Kingston advice”, siendo de hecho una de las primeras que se pueden recordar de esta 2ª parte del disco.
12. “The street parade”: Es posible que “The street parade” sea otra de las piezas que destacan del tramo final de la obra. En esta ocasión, The Clash se mueven en un pop rock que incluye notas de saxofón, dentro de una melodía no demasiado evidente.
13. “Version city”: Turno para un medio tiempo como “Version city”, cantado a coros, que quizás no destaca mucho dentro de su dejarse llevar que transmite su melodía.
14. “Living in fame”: El reggae estaba en boga a finales de los 70/comienzos de los 80. Muchos grupos punk o surgidos alrededor del punk, pregunten a Sting, se vieron seducidos por los ritmos cálidos de este estilo y The Clash lo evidenciaron sobre todo en este “Sandinista!”. “Living in fame” es de los ejemplos más descarados del idilio reggae que el cuarteto vivió en este “Sandinista!”.
15. “Silicone on shapphire”: Verdaderamente “Silicone on shapphire” lo que hace es tomar de forma medio marciana la melodía de “Washington bullets”. De esta manera se consigue una pieza casi instrumental, salvo por voces sueltas que hay por ahí, de toque muy psicodélico. Otra rareza incluida dentro de “Sandinista!”.
16. “Version pardner”: Y para continuar, más retroalimentación de “Sandinista!”, ya que “Version pardner” no es más que una versión alternativa de “Junco partner”, aquella 3ª canción del primer cd que analizamos la pasada semana. Abundando en sectores instrumentales, deformando notas y la voz de Strummer ocasionalmente, no nos supone más sorpresa que el hecho de encontrarnos esta revisión a estas alturas de disco.
17. “Career opportunities”: Casi, de alguna manera, la estructura de cierre de “Sandinista!” es cíclica, ya que si el antepenúltimo capítulo nos recordaba a la 3ª canción del disco, la penúltima es una versión inocente y casi infantil de la previa “Career opportunities”, cosa que sucedía con “Hitsville in UK” en el 2º paso de la obra. Choca mucho esta revisión de “Career opportunities”, demostrando nuevamente que los Clash hicieron lo que les salió de los mismísimos a lo largo de este “Sandinista!”.
18. “Shepherds delight”: Con “Shepherds delight”, “Sandinista!” busca cerrar sosegado, a la par que con cierta elegancia, aún partiendo de sonidos o claves de reggae. Desconcierta algo su tramo final, que termina con un estruendo algo raro y confuso; quizás sea la forma más apropiada para los últimos segundos y dejar una sensación de confusión, cosa que en muchos ratos provoca “Sandinista!”.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES. Este disco de portada con foto lejana del grupo, donde destacan los sombreros de alguno y los cascos de otros, supuso un tortazo a The Clash. “Sandinista!” es excesivo y es difícil de coger. Muchos tiran la toalla antes de hacer el 3er. esfuerzo de acapararlo. Considero que es un error, ya que aunque en “Sandinista!” hay material a priori desechable (aunque a todo se le puede sacar más o menos provecho), hay una serie de canciones realmente buenas, suficientes quizás para haber conformado un lp de 10 canciones de notable alto.
Los Clash retomarían el pulso del éxito y de hecho llegaron a mucho público con su siguiente trabajo “Combat Rock”. “Rock the casbah” y “Should I stay or should I go” son clásicos con mayúsculas de la historia tardía del punk de comienzos de los 80. Sin embargo, de ahí en adelante se fueron marchando (o echando por el carácter de Strummer) Topper Headon y Mick Jones.
Les reconozco que “Sandinista!” es complicado. Bien. De ahí en adelante les sugiero que hagan una extracción y de momento escuchen “The magnificent seven”, “Up in heaven (not only here)”, “Police on my back” y “The equaliser”. El resto, poco a poco. El estilo punk de The Clash evolucionó y no a gusto de todos, ya que es común que con compañeros de trabajo, recurrentemente, en las reuniones de empresa de navidades, cada año un par de ellos pongan a caer de una burra a Strummer y cia., sobre todo por “Sandinista!”, para luego, no sé por qué, se pongan a ensalzar a los Ramones (lo cual está bien por un lado, pero que no ha de ser motivo para atizar a los Clash). Cada cual que coja a “Sandinista!” como pueda. Con el agotamiento bloguero que tengo encima, no sé cómo me he atrevido con él en estos días.
Ya saben que nuestra temporada de radio terminó. Para ello publicamos un post hace unos días. Iremos subiendo los programas que quedan a Ivoox en la medida que podamos.