Cuando sus "clientes" no reclaman su presencia con la asiduidad que ellos necesitan para subsistir, Waldo Trumbull (Vincent Price), un perfecto sinvergüenza, alcohólico y sin escrúpulos que es propietario de una funeraria, y su único colaborador, Felix Gillie (Peter Lorre), un ladrón que tuvo que abandonar su oficio por no saber realizarlo, se ven obligados a forzar las defunciones valiéndose de las técnicas más disparatadas.
Curiosamente, se produciría toda una controversia con respecto al guión. Tras rodar el film, Tourneur expresó públicamente su descontento con la producción, cosa que desconcertó por completo a Richard Matheson. Según Matheson, el guión al que Tourneur sólo le había dedicado alabanzas “fue filmado palabra por palabra”. Posteriormente el añadiría; "sólo puedo asumir que Tourneur no quedó satisfecho con algunas de las actuaciones”. Originalmente Boris Karloff había sido contratado para interpretar al actor shakesperiano e inquilino del personaje de Price, John F. Black. Sin embargo, la artritis que le aquejaba no le permitía interpretar a un personaje que exigía una gran cantidad de esfuerzo físico. De esta forma, a Karloff se le cedió el rol del Señor Hinchley, el senil suegro de Waldo Trumbull. El rol de Black finalmente sería interpretado por Basil Rathbone, quien ya había tenido la oportunidad de trabajar junto a Price y Karloff en un par de cintas. El elenco lo completaría la voluptuosa rubia Joyce Jameson, quien interpretaría a la molesta esposa de Trumbull, Amaryllis, y el veterano comediante Joe E. Brown, quien tiene un cameo como un peculiar cuidador de cementerio.
En cierta forma esta película podría tomarse como la variante humorística de otra de las películas que formaron parte de la saga de Poe titulada, “Premature Burial” (1962), donde al protagonista le aterra la idea de ser enterrado vivo, tal y como le pasó a su padre quien sufría de catalepsia. En este caso es el personaje de Rathbone quien sufre de catalepsia, razón por la cual a Trumbull y compañía les resulta difícil cumplir con su objetivo. Básicamente estamos ante una comedia de enredos, donde Price junto a Lorre se encargan de llevar la batuta en todo momento. A diferencia de gran parte de los borrachos cinematográficos, el personaje interpretado por Price es un borracho elocuente, quien elucubra sus mejores ideas cuando está empapado en alcohol. Es sencillamente un patán que aplica la ley del mínimo esfuerzo, al mismo tiempo que insulta sin contemplaciones a su esposa a quien desprecia, abusa de su torpe y frágil colaborador, e intenta asesinar a su suegro haciéndole creer que le está dando medicina cuando en verdad le intenta dar veneno.
Quien sin duda se roba la película es Basil Rathbone con su personaje casi inmortal, quien en el último tramo de la historia tras despertar dentro de un ataúd, pierde toda cordura e intenta asesinar a Trumbull y al resto de los habitantes de la casa. Si bien esta secuencia intenta meterse más de lleno en el género del terror, de todas formas presenta grandes dosis de comedia verbal y slapstick. El guión es ágil y a través de numerosos gags, Matheson no pretende otra cosa más que satirizar el cine de horror gótico. Es por este motivo que los actores tienden a sobreactuar; todos sin excepción son caricaturas de personajes recurrentes en los films de este tipo. Esto contrasta con el diseño de producción de Daniel Haller y la banda sonora compuesta por Les Baxter, quienes se encargan de proveer la atmósfera tan característica de las cintas de horror gótico realizadas por la AIP. Si bien “The Comedy of Terrors” no aporta nada realmente nuevo al género, si logra ser una cinta sumamente entretenida que gracias a su inteligente guión y al grupo de excelentes actores que conforman el elenco, a mi gusto ha logrado envejecer de buena manera. Además marcaría la última colaboración entre Karloff, Price y Lorre, lo que también es un punto a tener en cuenta (de hecho, la AIP había considerado realizar otro proyecto con estos actores que además incluiría a Rathbone,cuyo nombre tentativo era “Sweethearts and Horrors”. Sin embargo, la muerte de Lorre ocurrida el 23 de marzo de 1964, echaría por la borda el proyecto). En definitiva, pese a que “The Comedy of Horrors” no es precisamente una de las películas más recordadas de Vincent Price al interior de la AIP, tiene suficientes virtudes como para considerarla un clásico a redescubrir.
por Fantomas.