‘The Day of the Doctor’, un episodio más

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Esto será breve.

No me gusto el especial. Para todo el relajo que hicieron los de la BBC y los fanáticos súper emocionados ante todo lo que se imaginase de Doctor Who; para mí fue una decepción.

Debo de aclarar que no soy seguidor de hueso colorado. Mi interés por la serie comenzó por casualidad al ver un episodio en Tv Mexiquense y sus constantes repeticiones de los episodios del Noveno Doctor (Christopher Eccleston), en el accesible horario de media noche por aquel lejano 2011. Fue de ese acto de casualidad donde nació el amor a todo lo Doctor Who, precisamente al mismo tiempo que Matt Smith daba sus primero pasos. En esos momentos era ignorante de la ausencia de Eccleston o el dolor de haber perdido a David Tennant, por lo que para mi me resultaba redundante tanta fascinación al pasado, hasta que les empece a darles la razón y observar su legado.

Es así que llegamos a los 50 años de la serie de televisión de ciencia ficción más longeva del mundo. Con tremenda presión de los fanáticos es que la BBC intento hacer todo lo posible para celebrar el gran aniversario: desde programas especiales de ciencia, un teledrama, maratones de episodios, una parodia, cortos y una transmisión en vivo a 90 países con todo y opción de ver el especial en un cine; creo que uno no se puede quejar.

Después de semanas de anticipación, además de literalmente gritar ante la aparición del Octavo Doctor Paul McGann, en el corto ‘Night of the Doctor’, es que hasta aumente mi paquete de cable para poder presenciar el evento en vivo. En teoría los 80 pesos (6.15 dólares) del costo del boleto eran mejor aprovechados con 40 canales adicionales por un mes. Al final no me arrepiento. Fue un episodio mediocre que con las inclusiones de David Tennant y la aparición sorpresa de Tom Baker, fue suficiente para ganarse a una audiencia ciega que acepta un libreto camaleónico y lleno de los viejos trucos narrativos de Steven Moffat.

El tan cacareado misterio que envolvía a John Hurt fue resuelto en el corto ‘Night of the Doctor’, a cambio la mayoría del tiempo es dedicado a unir universos y reunir a cada uno de los protagonistas. No niego que tenemos buenos momentos: el arribo del Doctor al museo, o la secuencia de la caída de Arcadia son para salivar, pero no logran mantener el ritmo. Entre los característicos juegos de palabras y situaciones cómicas nos hundimos con la trama de la reina Elizabeth y los enlatexados Ziggons. Prácticamente cada Doctor tiene su trama personal y sólo la del ‘War Doctor’ es la que interesa y a medias funciona. ¿Acaso es mucho pedir una sola historia por episodio?

La revelación final donde el Doctor descubre su misión de vida, no me fue del todo convincente. Cuando tenemos decenas de historias donde se la pasaba a todo momento tratando de huir de Gallifrey -y eso que no soy especialista- su reiterado deseo de encontrar su planeta me llega como que ya no había para donde. Los últimos años han ido en declive con historias mediocres que lo único decente era ver la premier y el final porque el resto -con algunas excepciones- reciclaban la fórmula del Doctor combatiendo monstruos sin chiste ni importancia.

Lo que más me dolió fueron las ausencias de personajes importantes establecidos recientemente. Cuando por fin llegamos a ver las consecuencias de ‘La Guerra del Tiempo’, tanto Rassilon como Davros están ausentes, vaya, si no tienen dinero para los actores por lo menos nos hubieran dado el Emperador Dalek. Pero para incluir a Billie Piper, ahí si no hubo problema. No me importa si no estuvieran los actores previos que interpretaron el Doctor, porque estoy de acuerdo de que el especial debe de ser con miras al futuro. Lo que me molesta es que se traiciona trayéndonos imanes de atención, porque tanto Tennant como Piper son desechables en sus interpretaciones y no contribuyen en mucho para la trama. Su principal función es la de observar mientras la gente importante toma las decisiones.

Lo único que rescato son los últimos 15 minutos en donde por fin se nos da a conocer lo que tanto cacareaba Moffat con cambiar el curso de Doctor Who. Respeto su decisión y la entiendo. El retorno de los Señores del Tiempo era inevitable y a estas alturas necesario. Me hubiera gustado algo más de ingenio y no tanto una solución simplona con el uso del TARDIS y la aparición repentina del sequito de Doctores, pero que le podemos hacer, se hace lo que se puede.

Y es así como resumo el especial. La BBC con sus recursos económicos limitados hizo lo que pudo para celebrar la serie, pero falló Moffat en el aspecto creativo al brindarnos una mediocridad de historia embarrada con apariciones especiales. Hubo más dedicación y menos atención a el teledrama de ‘An Adventure in Time and Space’ fue más que gratificante, el corto ‘Night of the Doctor’ fue justo, necesario e impactante, y hasta la parodia ‘The Five(ish) Doctors’ le hizo más honor a la conmemoración que el evento principal.

Ahora en espera de la caída del onceavo, haber si Moffat nos ofrece algo más que mediocridad.