(Plataforma Neo)
Género: Romántica
304páginas
Bianca no se considera la más guapa del instituto, pero sí demasiado lista para dejarse engañar por el atractivo y mujeriego Wesley Rush. Por eso, cuando Wesley la llama Duff -apodo que utiliza para referirse a la chica menos agraciada de un grupo de amigas-, lo último que ella espera es acabar besándose con él.
Pero ha pasado y, aunque lo odia con todas sus fuerzas, el beso le gusta. Y sin apenas saber cómo, empiezan una relación secreta de amigos (o enemigos) con derecho a roce.
Poco a poco, Bianca descubrirá que tienen algo en común: ambos esconden un problema familiar. Resulta, además, que él la comprende y la escucha. De pronto se da cuenta, con horror, de que tal vez haya algo más que sexo entre ellos.
Después de todas las buenas críticas que viene cosechando esta novela desde hace ya algún tiempo y en cuanto me enteré de que Plataforma Neo iba a ser la encargada de traducirlo al español y poder disfrutarlo, no me lo pensé mucho y me lancé a la piscina para conocer a Wesley, ese que tanto se ha adorado y a Bianca alias "Duffy". Pero después de haber cerrado el libro me he sentido como el patito feo de la blogosfera al pensar ¿tanto revuelo para esta historia?
Iba con los ojos muy abiertos y con ganas deseosas de leer, pero según pasaba página la cosa iba menguando por varios puntos negativos a cual de ellos más importante: no congeniaba con los protagonistas y su historia tampoco me ha parecido "la historia". Por lo que he cerrado The Duff con más pena que gloria, tristemente.
La historia comienza con B (Bianca), alias Duffy, una chica fuera de lo común, aparentemente, que odia con todas sus fuerzas al guaperas de turno porque le parece un verdadero idiota. Nuestra chica vive en el seno de una familia bastante desestructurada, con una madre que no pisa su casa y un padre que se ha tirado a la botella de whisky para olvidar sus penas. Además sus mejores amigas son las más megafahion y preciosisimas del instituto a las que no les sabe decir "este fin de semana me quedo en casa, paso de aburrirme en el Nest mientras vosotras bailáis como locas y yo me siento de cháchara con el camarero". B es una chica leal, si, pero, hasta cierto punto llega la lealtad, chata, por lo que a veces me han dado ganas de decirle... ¡espabila chófer, si no te apetece salir, habla! Y hablando de hablar... el punto siguiente que me ha sacado de quicio de la protagonista es que sus problemas se los calla para ella, escapa de ellos mediante el sexo con don te-odio-pero-para-esto-me-vales (así, sin ton ni son) con los que se aleja de sus amigas, no habla con nadie y oigan, ¡la culpa es de los demás! En resumen, una chica que odia que la llamen Duffy pero a veces me ha dado la impresión de que se lo gana a pulso ya que no se valora como debería tanto en su relación sexual con Wesley como con sus amigas, por no hablar ya de plantarle cara a los problemas en su casa y el huir sin mirar atrás.
Seguidamente tenemos a Wesley al que crucifiqué nada más conocerlo en el libro y parece que al final le quité media cruz. Me pareció arrogante y sin pizca gracia, un chico al que miras y te apartas de él por sus aires de chulo, vamos, como decía Bianca, no lo tocaría ni con un palo. Pero como os he comentado lo medio perdoné por algunos de sus actos aunque aún y así... no ha tenido redención.
Wesley era la prueba viviente de que la auténtica belleza estaba en el interior, así que ¿por qué me molestaba lo que había dicho? Era lista y una buena persona. ¿Qué más daba que fuera la Duff? Además, si fuera guapa, tendría que aguantar que tíos como Wesley intentaran ligar conmigo. ¡Qué asco! En el fondo, ser la Duff tenía sus ventajas, ¿no? Carecer de atractivo no tenía por qué ser algo malo.
La relación que encontraremos en ambos es un claro ejemplo de que los polos opuestos se atraen, por lo que cuando vaya pasando el tiempo entre sábanas, los protagonistas verán que van a tener mucho más en común que lo que ellos mismos creían en un principio y a partir de ahí empezarán a formar lazos mucho más fuertes.
De toda esta negatividad también he sacado algo bueno del libro y es por parte de la autora. La historia que nos ha creado no es original, ni un romance épico pero lo que si me ha gustado mucho es la frescura, desenvoltura y todo lo directo que escribe Kody Keplinger, sin tapujos, como la novela juvenil necesita tanto ahora y algo que está tan reclamado por muchos de los que leemos juvenil. Las cosas claras y el chocolate espeso, refrán se aplica muy bien a esta novela, por lo que por ese lado, la aplaudo.
The Duff para mí ha sido una americanada lleva al papel en donde la chica tratada como el patito feo se quedará con el premio gordo del instituto (en este caso el sexy Wesley) y que pasará por una adolescencia traumática con múltiples problemas con los que no sabrá ni por donde tirar pero que al final terminaremos comiendo perdices y siendo felices de una forma muy repentina.