Voy a describir la primera canción del disco mientras la escucho:
Ok, los primeros acordes de una guitarra acústica junto a una harmónica, todo en clave folk con aires sureños, traen la cara de Bob Dylan directamente a mi cabeza. Un ratito después entra la voz del cantante y me recuerda mucho a Cat Stevens. Y ahí nomás llega un coro con un Uooooo Uuuuu Uooooo muy Arcade-fireano. Y así un par de veces hasta que termina la canción, con un fade out totalmente pertinente. ¿Y qué resulta de este menjunge de influencias? Una muy linda canción que pueden escuchar en el preview.
Pero si hay una de esas influencias que sobresale a lo largo del disco, es la de Dylan. Por momentos, de manera escandalosa (a ver, tampoco Calamaro-escandaloso... digamos que suenan muy Dylan. Si vamos a mandar en cana a cada artista que tomó algo de él, nos volvemos todos locos).
La historia de estos chicos dice algo más o menos así: Ian, Simone y James Felice son 3 hermanos que se criaron en Hudson River Valley, un lugar que (oh casualidad!) Bob Dylan mencionó alguna vez como muy inspirador a la hora de componer. Cada domingo a la tarde se juntaban en la casa de su padre a jammear un rato y grabar todo muy artesanalmente, hasta que un día decidieron que era la hora de dar el gran paso (osea mudarse a Nueva York pues).
Se fueron con un amigo más para hacerse cargo del bajo, y empezaron tocando en estaciones de subte (nunca estuve en NY, pero calculo que el sistema de trenes subterráneos debe ser una importantísima cantera de bandas). Bueno, yatta yatta yatta... salen de gira con Bright eyes, firman con un sello discográfico, graban un par de discos como la gente, y listo. Felices los Felice.
El que les dejo hoy es de la época de los subtes, y fue grabado por ellos mismos en un gallinero.
Ay qué asquito