En muchas ocasiones somos nosotros mismos quienes conspiramos contra nuestra propia superación personal. Nos dejamos vencer por sentimientos de angustia, desesperación, temor, desilusión e incluso apatía… Damos por supuesto que no podremos hacer demasiado para enfrentarnos a determinadas situaciones y que seremos incapaces de mantener el control... Entonces justificamos determinadas actitudes con excusas varias, con esperanzas vanas, siempre pensando en que llegará el momento preciso en el que cambiaremos el rumbo de nuestra voluntad, en el que tomaremos aquella decisión que hace tiempo que habita en nuestro interior, en el que decidiremos luchar por nosotros mismos… Pero pasa el tiempo, los minutos, las horas y ese instante se va demorando… Poco a poco nos vamos habituando a cierto conformismo, a aceptar el devenir de las cosas que nos ocurren y vamos postergando todo aquello que realmente nos interesa, nos motiva y nos da vida. Pensamos con mucha frecuencia en todo aquello que queremos hacer, en nuestros planes, en iniciativas que queremos emprender, en situaciones y circunstancias que deseamos superar… Pero la superación no llega por sí sola, no es algo que aparezca espontáneamente, el espíritu de lucha hay que forjarlo día a día y no es nada fácil convertirse en una persona evolucionada y con objetivos concretos perfectamente definidos. Todo ello implica dejar atrás muchas formas de pensamiento, actitudes y comportamiento que se han ido adquiriendo a través de los años de nuestra vida, implica superar el dolor y el desengaño La superación personal requiere acciones concretas, el simple deseo no es suficiente, se necesita planificación, esfuerzo constante, trabajo contínuo, espíritu de lucha, capacidad de sacrificio.
La voluntad es la capacidad consciente que posemos para realizar algo con una intención determinada. Y realizarlo a pesar de las adversidades que nos depara la vida, de las problemas cotidianos, de las dificultades personales y de las oscilaciónes en nuestro estado de ánimo. La voluntad es como un músculo del cuerpo. Los músculos se hacen más débiles en la medida que dejan de moverse, de utilizarse y de ejercitarse. Lo mismo ocurre con la voluntad, cada situación que requiere esfuerzo es una oportunidad para fortalecerla, tonificarla y robustecerla, porque en caso contrario nuestra voluntad pierde cuerpo, forma, consistencia y fuerza.
La vida es una lucha para todos y cada uno de nosotros, debemos asumir responsabilidades, cumplir con nuestras tareas, perfeccionar nuestro talento, crecer como personas. Estamos capacitados física y mentalmente para realizar grandes conquistas, alcanzar el éxito y lograr metas a pesar del sacrificio y sufrimiento que ello puede conllevar.
Nadie dice que sea un proceso fácil... El primer paso es aceptarse a uno mismo y relacionar el sufrimiento futuro con la falta de acción en el presente…
He superado mi última batalla, el dolor aun persiste pero la lucha empieza de nuevo…. El tiempo no perdona, no hay un sólo instante que perder…
Estoy dispuesto para empezar a luchar de nuevo... Y tú, estás preparado…??