FAST ENOUGH (19 DE MAYO DE 2015) -AVISO SPOILERS-
La primera temporada de una de mis series favoritas se cierra con un episodio brillante y emotivo que me ha dejado con ganas de más. Los guionistas han apostado por contarnos la gran pelea de The Flash (Grant Gustin) contra su peor enemigo, el Flash Reverso (Tom Cavanagh), en el episodio anterior. La decisión puede sorprender y sin duda es arriesgada ¿Por qué contar el gran clímax en el penúltimo capítulo?
La razón es que esta serie se ha esmerado siempre en desarrollar el lado humano de superhéroes y supervillanos. En este episodio, de hecho, sólo hay una pelea entre metahumanos. El resto de la historia se apoya en los sentimientos de los personajes ante una gran decisión. No hay acción, sino diálogos. Y funciona.El personaje antes conocido como el doctor Harrison Wells, Eobard Thawne (Tom Cavanagh), revela finalmente cuál era su plan: destruir a Barry Allen (Grant Gustin). Y llegamos a comprenderle. Resulta coherente la paradoja de que haya viajado al pasado para destruir al héroe, pero que se vea obligado a recrear a The Flash para regresar al futuro. Este enfrentamiento -puramente dialogado- entre héroe y villano, está resuelto con mucha efectividad y se apoya sobre todo en una buena interpretación de Cavanagh.
Hay además escenas muy emotivas entre Barry y los personajes de su entorno que podrían verse afectados por su decisión de volver al pasado, evitar la muerte de su madre (Michelle Harrison) y cambiar el presente. Barry habla con su padre preso (John Wesley Shipp); con su amor, Iris West (Candice Patton) y con su padre adoptivo Joe West (Jesse L. Martin). Todas esos encuentros consiguen emocionar. Por otro lado, Cisco Ramon (Carlos Valdes) se enfrenta al exdoctor Harrison Wells, que fuera su mentor y una figura paterna antes de descubrir su malvada identidad real. Incluso hay una boda. Ronnie Raymond (Robbie Amell) y Caitlin Snow (Danielle Panabaker) se casan en una escena cercana, nada sentimental y con un agridulce sabor a despedida. Pero desde el punto de vista argumental, la conversación más importante la mantienen Eddie Thawne (Rick Cosnett) y el profesor Stein (Victor Garber), que utiliza un argumento científico para que Eddie vuelva a creer en el amor, desafíe al destino y luche por un futuro con Iris.
Cuando todas las apuestas emocionales están claras, el héroe se prepara para viajar hacia el pasado. El reto está muy claro: debe salvar a su madre en un minuto, cincuenta y dos segundos. Esos "52", por cierto, no son casuales: son el número exacto de "Tierras" alternativas que existen en el universo de DC Cómics. Precisamente, cuando Barry corre a través de la fuerza de la velocidad, atisbamos varios futuribles: vemos a Caitlin Snow convertida en Killer Frost y también
imágenes del spin-off de próximo estreno, Legends of Tomorrow. Antes, el doctor Harrison Wells ha comparado la máquina del tiempo creada por Cisco con la del viajero temporal Rip Hunter, que en esa nueva serie será interpretado por un excompañero del Doctor Who, Arthur Darvill. Me encanta. Hay otro guiño a esa serie: entre la multitud aterrorizada por el agujero de gusano, se puede ver a la futura Hawkgirl (Ciara Renee). Hay que decir que también se descubre que el propio Cisco tiene poderes, por lo que podemos esperar verle convertido en Vibe en la segunda temporada. Por último, el guiño más friki es ese casco metálico con alas que pertenece al primer Flash, Jay Garrick, creado en 1940. Fantástico.