FLASH VS. ARROW (2 DICIEMBRE)
De un lado una serie muy mala: Arrow.
Del otro una que me gusta mucho: The Flash. En el episodio Flash vs. Arrow -no se rompieron la cabeza- las dos se mezclan en lo que se conoce como un crossover. Vieja táctica del cómic book que, a pesar de su naturaleza comercial, siempre ha sido capaz de emocionarme. Friki que soy.La serie sobre Barry Allen (Grant Gustin) nació en la de Oliver Queen (Stephen Amell) y eso no presagiaba nada bueno. Pero, contra todo pronóstico, The Flash ha conseguido hacer muy bien todo lo que creo que Arrow hace muy mal. Por eso tenía yo una especial curiosidad por ver lo que podía conseguir el equipo de guionistas de la primera con los personajes de la segunda. Pues bien, investigando un poco por encima, he descubierto que los guionistas se han cruzado también: hay uno de cada serie en este capítulo. En el fondo era lógico. A pesar de eso, lo cierto es que este primer episodio del cruce me ha gustado. En él encontramos una faceta de Arrow poco explotada en su propia serie: la del antihéroe endurecido que aquí se enfrenta a un personaje más inocente y puro, como Barry. Se trata de un contraste clásico del cómic de superhéroes: Batman y Superman; The Punisher y Spiderman; Lobezno y Cíclope. Todos coinciden en los objetivos, más no en los métodos. Oliver Queen se convierte en un tercer mentor para Barry. Si Joe West (Jesse L. Martin) representa a una figura paterna y el doctor Wells (Tom Cavanagh) es un profesor; el arquero adopta el papel de entrenador -como Quirón, el centauro que adiestraba a los héroes de la mitología griega- y ayuda a Barry en el aspecto superheróico. Lo más interesante es que los métodos de Queen producen rechazo y celos en sus otros dos mentores.
-AVISO SPOILERS-
El villano del episodio, Roy G. Bivolo (Paul Anthony), es bautizado como Prisma -en realidad en los cómics es ¡Rainbow Raider!- pero podrían haberle puesto directamente catalizador. Su poder es desatar las emociones negativas de las personas y eso sirve para que Barry -normalmente un tío majo- saque a relucir su lado oscuro: el de sus frustraciones personales.
No solo se rebela ante Joe, sino que aparecen los lógicos celos contra Eddie (Rick Cosnett), novio de Iris (Candice Patton) y su rival por el amor de ella. Eso da la oportunidad a los guionistas de explorar en Barry unas emociones muy humanas sin que el personaje deje ser un buenazo entrañable. Además, el cambio de personalidad -momentáneo- de Barry permite el enfrentamiento con Arrow, en una lucha cuerpo a cuerpo muy lograda que es el clímax del episodio. Sólo por esa pelea, vale la pena este capítulo. El enfrentamiento provoca, además, la rivalidad -amistosa- entre los equipos de apoyo de cada héroe. Genial. Por último, destacar la sabiduría narrativa que lleva a hacer una elipsis que se salta la posterior lucha con Bivolo: le vemos directamente siendo arrojado al calabozo.En el epílogo destaca que un tiarrón rubio como Stephen Amell diga que "los tíos como nosotros no se quedan con la chica". Me parece un insulto. Encima dice eso después de haber visto a Iris babear por él y justo antes de que una chica salida de la nada le salude y dé a entender que Oliver tiene una hija secreta. Me juego lo que sea a que esta secuencia la escribió el guionista de Arrow. Menudo culebrón.
Luego, el guionista de The Flash nos cuenta que Iris, al ver al héroe -controlado por Bivolo- atacando a Eddie, decide dejar de hablar con el y romper su todavía incipiente relación. Es una metáfora de cómo a veces dejarnos llevar por nuestras emociones puede alejarnos de las personas que más queremos. Pero sabemos que Iris y Barry volverán a estar juntos ¿o no?
En la última escena, descubrimos a Ronnie Raymond (Robbie Amell) futuro Firestorm.
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