FAST LANE (2 DE FEBRERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-
Fast Lane es un episodio menor en la serie The Flash. Al menos esa es la sensación que tenemos tras su visionado. Las razones para esta pequeña decepción son principalmente un villano descafeinado y que la trama -en principio importante- de la traición del doctor Harrison Wells (Tom Cavanagh) no da para mucho. En primer lugar, tenemos a Tar Pit/Joey Monteleone (Marco Grazzini) un enemigo creado recientemente en los cómics (2001) y que aquí es otro metahumano producido por la explosión del acelerador de partículas. Si tenemos en cuenta que la mayoría de enemigos en esta segunda temporada provienen de Tierra 2, podríamos decir que Tar Pit es una "cara B" de la primera. Sus poderes, que pueden recordar a los del T-1000 de Terminator 2 (James Cameron, 1991) o los de Sandman (Thomas Haden Church) en Spiderman 3 (Sam Raimi, 2007). En todo caso, el criminal es derrotado fácilmente en un episodio con una dosis menor de acción física.
Como he mencionado, la trama de la traición del doctor Harrison Wells, en la que intenta robar la velocidad de Barry Allen (Grant Gustin) por encargo de Zoom, tiene aquí un giro inesperado pero también anticlimático: Wells decide confesar su doble juego. Esto impide que la historia se desarrolle de una forma más emocionante. El vínculo entre Barry y Wells se plantea como una conflictiva relación padre-hijo. Lo mismo ocurre con la otra subtrama del episodio, en la que Joe West (Jesse L. Martin) lidia con su hijo secreto, Wally (Keiynan Lonsdale).