Dirección: Wes Anderson.
Intérpretes: Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, F. Murray Abraham, Jude Law, Edward Norton, Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Bill Murray, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Adrien Brody, Owen Wilson, Jason Schwartzman, Tom Wilkinson, Léa Seydoux, Bob Balaban.
SinopsisEn este guión de Wes Anderson, Gustave H. (personaje interpretado por Ralph Fiennes) es el director de conserjería del archiconocido Gran Hotel Budapest. Junto a él empieza a trabajar, en los años treinta, un joven botones, Zero Moustafa (a quien da vida Tony Revolori), con el cual establece una profunda relación de amistad y a quien le transmite todo lo que sabe, no sólo del oficio, también de la vida.
Tras la muerte de una anciana adinerada, asidua huésped del hotel, Gustave H. hereda un cuadro de gran valor, para sorpresa de los familiares de la señora, quien puede haber sido víctima de un asesinato. Teniendo como decorado la Europa Central en el periodo entre guerras, las andanzas de Gustave H. y Zero Moustafa son relatadas por éste último, siendo ya casi un anciano, a un joven escritor (personaje interpretado de joven por Jude Law, de mayor por Tom Wilkinson) que pasa unos días en el ahora viejo y casi olvidado Gran Hotel Budapest.
Opinión
Estamos ante un fantástico cuento rebosante de ingenio y tremendamente cautivador, en el que la mano de Wes Anderson es completamente identificable (en posiciones de cámara, zooms, gags, diálogos, monólogos, calidad del verbo, importancia de la palabra), y cuya estética y narración parecen una prolongación de Moonrise Kingdom, si bien todo lo que en aquella era incipiente y apuntaba, en ésta se concreta y se culmina. Es una película plena de imaginación y repleta de curiosos "cachibaches y anderson-artilugios" que la hacen muy divertida y visualmente atractiva, pese a que a veces pueda parecer sobrecargada y quizá abuse del humor fácil, cayendo con ello en fáciles tópicos.
Es una comedia-farsa para disfrutar. Para sentarse delante de la pantalla de cine, abrir todos los poros de la piel y dejarse llevar por el sentimiento, que si bien es, en esencia, una historia melancólica, para nada te entristece, ¡ni mucho menos; te divierte, te completa, te llena! Desde luego que para sentirlo así has de encontrarse próximo a la estética en cuestión, y a la particular forma de narración y montaje. Por tanto, hemos de reconocer que es posible que no cale en el gran público, pero los seguidores de Anderson encontraran aquí su mayor dosis de metadona.
Se la puede tildar de exuberante y recargada, pero son precisamente esos elementos lo que convierten al film en, a la vez, refinada comedia y sutil farsa. Tal y como esos pastelitos deliciosos por los que se "mueren" todos los protagonistas, la cinta es un dulce al que los golosos no nos podemos resistir.
Y que más les podemos decir. Nos gustó. Traviesa a la par que tierna. Dulce y a la vez satírica. Además, le agradecemos su brevedad, lo que una vez más demuestra que la calidad y la extensión no tienen por qué ir de la mano. Recargada, también lo es, no lo podemos obviar. Que no guste a todos, será un hecho; lo entendemos.
Por último, y sin querer aburrirles más, por favor no olviden abrir bien los oídos cuando se sienten en su butaca. Que la vista no robe todo el protagonismo al oído, porque las notas que componen la banda sonora son dignas se ser escuchadas. Irresistible.
Nota general: 7,0 sobre 10.
Tráiler