El hongkonés Wong Kar Wai es considerado uno de los más influyentes directores del panorama cinematográfico actual. Su cinta Deseando amar fue considerada en la lista de las mejores películas de la historia del cine realizada en 2012 por la revista británica Sight and Sound como la mejor de la última década. La belleza visual de las imágenes que compone, ayudadas por un intenso colorido y una siempre cuidada selección en la banda sonora caracterizan al director, que nos tiene acostumbrados a desgarradores romances imposibles y tormentosos. Por lo general tres o cuatro años separan cada uno de sus largometrajes como director, pero son seis los que hemos tenido que esperar desde su americana My Blueberry Nights hasta su última obra: The Grandmaster.
La cinta narra la biografía del mítico Ip Man, conocido por ser el maestro que instruyó a Bruce Lee en las artes marciales. En 1936, en una tempestuosa situación política y social en China, el luchador demostrará sus inigualables cualidades para el combate y su dominio del kung-fu.
Sin perder su particular estilo visual, Wong Kar Wai innova con respecto a lo que nos tiene acostumbrados, si tenemos en cuenta el resto de su filmografía. El director puede recrearse en la realización de espectaculares escenas de pelea en las cuales luce una fotografía cuidada al milímetro por Philippe Le Sourd, y demostrar así que es capaz de adaptar su técnica cinematográfica a otros géneros en los que aún no se había adentrado. Pero esto no es suficiente para salvar la película, la historia resulta larga y tediosa en su inmensa mayoría, salvándose algunos tramos que por lo general coinciden con las escenas de lucha. El estilo visual resulta más recargado que nunca en una suerte de horror vacui barroco que llega a ser cargante y empalagoso. No hay más que ver la pelea inicial para experimentar todo lo anterior, la hermosa fotografía y el cuidado colorido son espectaculares, pero el excesivo detallismo en las manos y pies de los adversarios y a la incesante lluvia llegan a saturar a cualquiera. Dos horas y diez minutos con una trama errática y pesada y un preciosismo en la imagen que no es suficiente para sustentar el film pueden llegar a resultar casi insoportables.
Cameo pone a la venta sendas ediciones en DVD y Bluray del último trabajo del hongkonés con una calidad de imagen que permite apreciar la magnífica fotografía de la cinta, acompañado de una hora de making of para los más interesados en el proceso de creación de la obra.