The green inferno (Eli Roth, 2013. EEUU): Roth, cineasta en su día apadrinado por Tarantino (hasta llegó a participar en el reparto de Inglorious basterds) y sin el cual no se entiende el fenómeno torture porn iniciado una década atrás por él mismo (es el firmante de Hostel y su secuela, ambas estupendas), ha tardado dos años (prácticamente) justos en estrenar su esperadísima y polémica propuesta caníbal, debido a problemas de distribución más que de contenido; parece que al final se la ha quedado Blumhouse, productora (bien) especializada en el género de horror. No es el gran exceso que much@s promediaron, dejando un sabor algo agridulce una vez vista (es explícita pero la sangre no llega al río… aunque poco le falta). Unos jóvenes viajarán a la selva amazónica con la intención de luchar contra la tala indiscriminada de vegetación y el exterminio de las tribus nativas, con tan mala pata que su avión sufrirá un accidente, quedando los supervivientes a merced de uno de estos grupos indígenas entre cuyos ritos están el comer seres humanos. Actualización de Holocausto caníbal, aquel lejano film italiano que pasó por innumerables manos y videoclubs pero que no dejaba de ser una auténtica mierda, y que comparte con este infierno verde la característica de “me atrevo pero sin hacer locuras”. Los mejores momentos ocurren desde la misma llegada al poblado (fotografía y maquillaje indígena incluidos) hasta el desmembramiento del primer desafortunado. Puro horror. Luego el momento del suicidio de otro personaje también tiene tela. Antes, la nada más insípida (le cuesta arrancar una barbaridad), y después, amalgama de clichés de uno de los géneros de moda de los últimos años. Un film cuyas características de producción (el nombre de la silla del director, su reputación y su temática) establecieron unas expectativas que después no ha cumplido. No es tan transgresora como el primer Hostel. La decepción no es grande, pero existe y flota en el aire una vez la pantalla se funde en negro. En España aún no se ha estrenado.
The green inferno (Eli Roth, 2013. EEUU): Roth, cineasta en su día apadrinado por Tarantino (hasta llegó a participar en el reparto de Inglorious basterds) y sin el cual no se entiende el fenómeno torture porn iniciado una década atrás por él mismo (es el firmante de Hostel y su secuela, ambas estupendas), ha tardado dos años (prácticamente) justos en estrenar su esperadísima y polémica propuesta caníbal, debido a problemas de distribución más que de contenido; parece que al final se la ha quedado Blumhouse, productora (bien) especializada en el género de horror. No es el gran exceso que much@s promediaron, dejando un sabor algo agridulce una vez vista (es explícita pero la sangre no llega al río… aunque poco le falta). Unos jóvenes viajarán a la selva amazónica con la intención de luchar contra la tala indiscriminada de vegetación y el exterminio de las tribus nativas, con tan mala pata que su avión sufrirá un accidente, quedando los supervivientes a merced de uno de estos grupos indígenas entre cuyos ritos están el comer seres humanos. Actualización de Holocausto caníbal, aquel lejano film italiano que pasó por innumerables manos y videoclubs pero que no dejaba de ser una auténtica mierda, y que comparte con este infierno verde la característica de “me atrevo pero sin hacer locuras”. Los mejores momentos ocurren desde la misma llegada al poblado (fotografía y maquillaje indígena incluidos) hasta el desmembramiento del primer desafortunado. Puro horror. Luego el momento del suicidio de otro personaje también tiene tela. Antes, la nada más insípida (le cuesta arrancar una barbaridad), y después, amalgama de clichés de uno de los géneros de moda de los últimos años. Un film cuyas características de producción (el nombre de la silla del director, su reputación y su temática) establecieron unas expectativas que después no ha cumplido. No es tan transgresora como el primer Hostel. La decepción no es grande, pero existe y flota en el aire una vez la pantalla se funde en negro. En España aún no se ha estrenado.