Este disco compila artistas y grupos de la escena sudafricana que utilizan elementos y ritmos de su proia cultura y los fusionan con sonidos que se nos pueden hacer más familiares a todos los profanos en la materia como es un servidor.
Un disco que vale mucho la pena, y aunque sea sólo un ejemplo de lo que se cocía en los barrios más pobres de un pais, si que se da cuenta, una vez que escuchas el disco varias veces, de la influencia que la música africana ha tenido a lo largo de la música popular de los últimos 60 0 70 años, o más incluso.
Un año antes que Paul Simon abrieras las puertas a los sonidos africanos al mundo con su Graceland, este disco ya no ofrecia un visión tal vez más pura.
Repito, son sólo artistas y grupos sudafricanos. No nos olvidemos que Africa es muy grande y con muchos y variados tipos de músicas y de culturas.
Pero sinceramente este es un delicioso disco para ver las pulsaciones de un continente y para que te puedas abrir a descubrir el caudal de cultura que encierra.
Aquí hay Funk, Soul o Folk.
Africa es pobre, pero tal vez sepa disfrutar de ciertos placeres de la vida mucho mejor que nosotros.