Este viernes llega a las carteleras de España The interview (clica para ver el trailer), una película que será más recordada por todo los sucesos que la han acometido que por su repercusión cinéfila en cuanto al trasfondo de la misma se refiere. Tras las amenazas provocadas por el gobierno de Corea del Norte debido a la poca aceptación de la comedia de Seth Rogen –que provocó más tarde la cancelación por parte de Sony–, la película finalmente cobró un importante valor respecto a uno de los derechos más importantes, la libertad de expresión. La repercusión mediática en todo tipo de redes sociales del mundo del cine criticando la polémica decisión de Sony, incluso el presidente Barack Obama valoró dicha decisión como un atentado a la libre expresión, llevó a que la productora y distribuidora lanzase definitivamente la película vía internet. A pesar de que no se trata de una película trascendental, las críticas procedentes del país asiático no se terminan de comprender ya que es una comedia irrisoria que no tiene otro fin que divertir al público con su historia.
El argumento trata sobre un popular programa de televisión estadounidense en el que realizan ridículas entrevistas relacionadas con noticias actuales sobre famosos. El presentador del programa (James Franco) y el director ejecutivo del mismo (Seth Rogen) son los protagonistas de una trama que se extiende cuando deciden dar al programa un toque más realista, realizando entrevistas más serias y personales. En base a este motivo deciden viajar a Corea del Norte para hacer una entrevista al líder Kim Jong-Un –interpretado de forma increíble por Randall Park– debido a que tiene serias intenciones de lanzar ataques nucleares a varias naciones, entre ellas Estados Unidos. Durante todo el metraje se puede ver perfectamente que la intención de Goldberg y Rogen como directores no es ridiculizar (un poco sí) al líder norcoreano, sino más bien crear una trama graciosa en la que dos personajes extremadamente ingenuos se introducen en el país. Por tanto el enfrentamiento entre Estados Unidos y Corea del Norte queda a un lado con una escasa relevancia. Tan sólo la intromisión de la CIA, que decide que los dos protagonistas deben aprovechar la entrevista para matar a Kim, se puede ver como un mero ataque a la nación de Corea del Norte.
El mayor problema que a priori se podría plantear es cómo reflejar el personaje de Kim Jong-Un ya que, de hacerlo de una manera inadecuada, podría haber generado aún más problemas. Sin embargo es uno de los aspectos más destacables del filme. Cuando todos nos pudiéramos esperar un carácter serio y violento del personaje, nos sorprende con una alegre y cómica personalidad encajando muy bien en la comedia con Rogen y Franco. A pesar de que en ciertos momentos es divertida –como la escena en la que Seth se tiene que guardar el receptor en el culo–, no consigue funcionar realmente como comedia. Chistes sin sentido, referencias a películas como El señor de los anillos que no se ajustan adecuadamente al momento y sobre todo un ambiente hostil donde se realizan escenas políticamente correctas, provocan que la película consiga aburrir y ser pesada en largos tramos.
Finalmente termina por mostrar una visión realista sobre la situación de pobreza y hambruna por la que pasa el pueblo norcoreano, donde su líder no reparte la riqueza del país entre la gente que lo necesita. También se aprecia un motivo de aliento a que los ciudadanos dejen de apoyar y seguir a Kim y traten de desbancarlo del poder. Todos estos giros que se apartan de la comedia en parte funcionan al producirse en los momentos finales de la película, llegando a contrastar con el grotesco desenlace en el que vuelve a recuperar los tonos propios de humor y diversión. Como conclusión la película, que a priori presentaba buenas expectativas por todos los sucesos producidos antes de su estreno, tras verla nos deja con la sensación de que podíamos haber disfrutado más de una historia natural y propia del dúo Rogen-Franco.5/10