Al hilo del estreno de Fast&Furious 5, y como parece que últimamente la saga habla de todo menos de coches, me decidí a ver una película que trata realmente de coches, conducción extrema, y ladrones de buen corazón. Y aquí tenemos la tenemos: The italian job, una fantástica película que cualquier aficionado a los coches debería ver. El argumento gira en torno al robo de un cargamento de lingotes de oro por una banda de ladrones ingleses, en Turín, durante la final Inglaterra-Italia de un Mundial. El líder, Charlie Croker ( Michael Caine ), es un elegante ladrón que acaba de salir de la cárcel, aficionado a los buenos coches, las buenas chicas, y la buena vida. Al salir, descubre que uno de sus compañeros de profesión ha sido asesinado por la mafia italiana, que se ha percatado de sus intenciones, pero él recoge el testigo y monta una banda de ladrones con los que intentará robar el cargamento de oro. ¿Lo conseguirá? A pesar de que se trata de una película de ladrones, su principal atractivo son los coches. En concreto, la brillante y espectacular persecución que se desarrolla por todo Turín con tres minis a lanzados a la fuga por todas las zonas posibles de la ciudad, mientras la policía intenta detenerlos. Es una persecución soberbia, digna de Steve McQueen y Bullit. Además, hay un despliegue de coches de lujo (hoy auténticos clásicos), que hacen las delicias de los amantes de los coches. Por ejemplo, la escena inicial, por los Alpes, a gran velocidad, y protagonizada por un Lamborguini Miura, es sencillamente espectacular, y muy bonita. Si a eso le unimos una laaaarga persecución en coche, y una narración divertidísima, hilarante, repleta de humor muy británico, creo que tenemos una de las mejores películas de coches que se ha visto en mucho tiempo.
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