Y la verdad es que me sorprendió mucho que en el pasado verano me llegase la noticia de que una de mis bandas favoritas editara nuevo disco apenas pasado un año desde el lanzamiento anterior. Ritmo de publicación de décadas atrás. The Killers se atrevían con un nuevo disco tras la publicación en 2020, año de irrupción de la pandemia Covid-19, del solvente “Imploding The Mirage”. Este álbum suponía una continuidad de sonido y sensaciones respecto al predecesor de 2017, el celebérrimo “Wonderful Wonderful”, si bien opino que no llega a tan alto nivel.
Los factores de que la banda optase por una publicación siguiente con tanta premura pueden residir en parte en que la situación pandémica y la imposibilidad de realizar una gira internacional de presentación del disco al uso, llevase al grupo a disponer de un mayor tiempo para dar luz a nuevas composiciones y de paso intentar compensar la falta de ingresos por los directos con las discretas cantidades que ahora suponen la venta de discos.
La importancia reside en que el grupo parece haber escuchado los matices de aviso en ciertas críticas al valorar el previo “Imploding The Mirage”, al apuntar a un cierto comportamiento repetitivo y acomodaticio de Brandon Flowers y los demás a la hora de componer canciones. Por ello, “Pressure Machine”, aunque ofrece alguna pista de conexión con lo previo, es un trabajo que cambia bastante el enfoque.
Por cierto, respecto a la formación, se aclara en el libreto del disco que hoy nos ocupan que The Killers siguen siendo los 4 de siempre: Brandon Flowers, Ronnie Vanucci, Mark Stoermer y Dave Keuning. Por lo visto en “Imploding The Mirage” no estuvo Dave, pero ha regresado a la grabación del presente. El que parece que esté ahora más ausente es el bajista, Mark.
Si Bruce Springsteen siempre ha sido un artista que ha servido a la gente para señalar dejes o influencias de estilo en los de Las Vegas, en esta ocasión el tiro se centra particularmente en “Nebraska” de 1982. The Killers nos ofrecen un disco de menor relumbrón, muy reflexivo en la mayoría de sus capítulos e incluso diría introspectivo. También hay espacio para algún ejemplo de pop vigoroso marca de la casa, pero son las excepciones. Consecuentemente, este “Pressure Machine” no es un disco que entre fácil. Ni mucho menos. En la primera escucha que le di en su momento, allá por finales del pasado verano en Youtube, me pareció un disco muy discreto y calmo, de fuerte contraste con toda la obra de la banda. Además, apenas encontré algún episodio que destacara sobremanera sobre el resto, algún single claro.
No obstante, tras habérmelo comprado hará cosa de un mes aprovechando que lo vi a precio razonable en unos grandes almacenes (6,99 euros), y tras haber estado escuchándolo muchas veces en las pasadas semanas, he terminado dándome cuenta de la grandes de “Pressure Machine” y de sus muchas bondades. El trabajo no ha sido rápido ni inmediato y hay que tener paciencia. Creo ya estar en condiciones de hablar de sus composiciones y valorarlo en su justa medida. 11 temas son los que hoy nos ocupan.
ANÁLISIS DEL DISCO.1. “West hills”: Empezamos el disco con una canción de esas de menos a más. Arranque épico de la banda, que puede que no esté tan lejos de otros episodios del grupo. Sin embargo, es curioso que queda más el inicio latente de “West hills” que el desarrollo monumental y arrollador que se produce a partir de la 2ª mitad. El efecto de cierto eco o reverb que se le mete a la voz de Brandon, le confiere si cabe una mayor profundidad y oscuridad que se ajusta a la perfección. Un comienzo de obra ampuloso y ambicioso, que, como muchas de sus compañeras (por no decir todas, y en definitiva hablar del disco), va ganando con sus escuchas sucesivas.
2. “Quiet town”: Pasamos de lo trascendente a lo llevadero. “Quiet town” es una canción luminosa, de pop country con esos toques de armónica. Tiene un buen ritmo, que en este caso Brandon Flowers domina a la perfección con su cadencia al micro. Discreta, bonita, pero tampoco memorable. Fue single o al menos algo parecido a single con su particular videoclip.
3. “Terrible thing”: Con las 2 primeras canciones ya hemos podido apreciar un cambio de enfoque respecto al pop generalista y potente de los 2 anteriores discos del grupo. Ahora con “Terrible thing” se produce la constatación definitiva. Aquí la sombra de “Nebraska” del Boss ya es más que evidente. Canción desnuda, con poquísima instrumentación y con Brandon en una interpretación de perfil bajísimo. Los aportes de armónica son nuevamente parte esencial de la leve melodía. Ayuda claramente a conseguir el objetivo de “Pressure Machine” en lo que se refiere a las sensaciones que busca producir.
4. “Cody”: También en “Cody” podemos encontrar la sombra de Springsteen y la E-Street Band de alguna manera, si bien distinta a “Nebraska”. Es una canción de cierto enfoque coral. En esta pieza también hay espacio para el primer lucimiento en forma de solo de su guitarra eléctrica del retornado de excedencia Dave Keuning. Consecuentemente, la canción tiene su fuerza y empaque. Es de las que se abren tras no demasiadas escuchas.
5. “Sleepwalker”: “Pressure Machine” con “Sleepwalker” situada tras “Cody”, nos ofrece un combo más pop y luminoso. Esta “Sleepwalker” quizás no hubiera desentonado demasiado en discos previos de la banda, pero su sonido tiene algo que la hace inconfundible dentro del conjunto del disco al que pertenece; probablemente sean las notas de la guitarra acústica. Es una canción pop, con muy buen sentido del ritmo y una estructura de manual.
6. “Runaway horses”: The Killers saben muy bien qué es lo que querían lograr con “Pressure Machine”, por ello, tras 2 capítulos más animados, llega el turno de la calma de nuevo. “Runaway horses”, que cuenta con el leve dueto con Phoebe Bridgers, pugna por ser el episodio más desnudo e íntimo del álbum. Fue curiosamente single, o al menos contó con su videoclip al uso. Economía de medios, en una pieza acústica con Brandon y Phoebe cantando de forma casi susurrante. No creo que sea de las mejores del disco, no porque sea floja, sino porque hay otros episodios que son realmente destacables, pero no molesta para nada y es muy motivada su presencia en el ecuador del disco.
8. “In another life”: Algo que sucedió con “Sleepwalker” y “Cody”, es lo que pasa ahora al concatenar “In another life” con “In the car outside”. Tras el interludio de “Runaway horses”, The Killers disponen otro par de canciones consecutivas en sentido abierto y potente. Cierto es que el brío baja notablemente con respecto a “In the car outside”, pero de alguna forma lo que se consigue es una especie de efecto espejo o reflejo de las 2 caras del disco, cosa que verán con las pistas que vendrán a continuación. “In another life”, con todo es una pieza más cercana al sonido general del disco, aunque sea una de las canciones de mayor luminosidad; ello reside en su menor aporte eléctrico, aspecto comparable de forma clara con su predecesora en el orden del disco. Es otra pieza de guía básica para conectar con la tradición más pop de la banda y no perderse demasiado.
9. “Desperate things”: La única en su textura dentro del disco, con ese sonido lejano, crepuscular y evocador es “Desperate things”. Una preciosidad de composición de esas que te dejan embobado mientras te envuelve con sus instrumentos. La producción aporta la profundidad y eco necesario para que sea una canción (me van a permitir ponerme un poco cursi, lo siento) de esas que pegarían mucho escuchar en un atardecer mirando al horizonte en el Valle de los Monumentos. A pesar de su enfoque íntimo, es una canción de formas ambiciosas y que se hace notar claramente. Da pena incluso que se acabe, aunque lo que vendrá después está bastante bien. “Desperate things” es sin duda una de las muchas joyas ocultas que “Pressure Machine” aporta a la historia de The Killers.
10. “Pressure machine”: Penúltimo lugar del track list para “Pressure machine”. Por muy poco, The Killers no acaban el disco al estilo de lo que hacía The Cure en sus 5 primeros discos de finalizar con la canción título. No en vano, tras la trascendencia que transmite “Desperate things”, no quedaría mal este cierre, mucho más liviano, folk y luminoso. Es una pieza tremendamente calma, con Brandon afrontando su estribillo en un suave falsete. Que sea la canción que titula el disco no es baladí, puesto que podría ser la pieza que resume perfectamente en su duración las sensaciones principales que se te quedan con la escucha del disco en conjunto: enfoque acústico, menor inmediatez y cierto aspecto reflexivo con tintes folk. Pero, lo dicho, aquí no acaba la cosa.
11. “The getting by”: A pesar de que la canción título se podría antojar como un buen cierre, el grupo arriesga un poco más metiendo una pista nº 11. Y la jugada le sale maestra. Lo bordan. “The getting by” consigue firmar un cierre más profundo y sentido. Es una canción que podría ser una de esas que con otro ánimo en plan fanfarria, se convertiría en un himno. Sin embargo, su planteamiento íntimo y sumamente recogido, hace que sea una especie de himno sostenido y latente. La parte del estribillo es nuevamente un ejemplo de acierto melódico a la hora de componer una canción que sorprende lo que es capaz de emocionar con sus medios, los cuales son limitados por vocación expresa de la banda. Una auténtica maravilla. Te quedas completamente absorto escuchando como se pierden sus acordes y como se van marchando también esos sonidos de trenes alejándose. Clara joya oculta del lp. Sencillamente genial.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.Dentro de unos tiempos tan raros como los que hemos vivido y aún estamos viviendo, “Pressure Machine” ha conseguido creo que sobradamente sus resultados. Al menos en niveles objetivos, el disco ha vuelto a otorgar un nº 1 en los charts británicos para la banda, lo cual siempre es un parámetro a tener en cuenta. Cierto es que su extensión internacional palpable a modo de gira, se ha visto pospuesta hasta las presentes fechas, con lo que habrá que esperar a ver cómo funciona la cosa en el directo.
Por nuestras tierras han vuelto a escoger un festival, de esos que te cobran un riñón por un día de acceso, con lo que esperaré una nueva ocasión para volver a ver a la banda en directo en un concierto propio en recinto cerrado, cosa que no sucede desde hace 13 años; qué pena.
A modo de conclusiones, “Pressure Machine”, con esa llamativa portada con 3 cruces en blanco y negro tras una alambrada, es un trabajo que a más de un seguidor de recorrido de la banda le cogerá con el pie cambiado. Más aún que en su día supuso el 2º disco de la banda “Sam’s Town” tras el debut “Hot Fuss”. Y es que, a pesar de que hay excepciones, el enfoque de la obra es muy reflexivo y poco inmediato. Hay que tener mucha paciencia con él para terminar de hacerse con sus puntos fuertes, que los tiene.
Será casi un tópico decir que este trabajo puede ser el trabajo más maduro o directamente el trabajo de madurez del disco por el sentir que transmite. En todo caso, lo interesante será ver el enfoque de lo que venga después, ya que siempre levanta mucha curiosidad cuando un grupo vira tanto en su sonido al lanzar una obra si eso va a suponer una continuidad o no.
Creo que “Pressure Machine” es un disco que ennoblece a The Killers. De esta forma, demuestran que no son solamente creadores de pistas accesibles y que van a la yugular en un tratado de pop masivo, aunque en ocasiones o canciones puntuales ya lo habían demostrado previamente. Sin embargo, a la hora de confeccionar un disco, nunca se habían mostrado con este perfil tan reflexivo y profundo. Puede que la situación mundial haya influido notablemente en ello y que “Pressure Machine” sea producto de sus tiempos. Sea como sea, es un disco altamente satisfactorio y que no se hace denso de escuchar, cosa que con obras del estilo puede suceder fácilmente. Insisto en que han de ser pacientes con él, ya que la inmediatez no es su característica principal, cosa que sí sucede con casi todos sus hermanos mayores de trayectoria discográfica. Habrá que ver cuánto tarda el grupo en sacar nuevo trabajo. Si nos centramos en discos de estudio, al menos en los 4 últimos, la secuencia es 2012, 2017, 2020 y 2021.
Quizás en 2023-2024 haya nuevo material, me sorprendería mucho que nuevamente en este 2022 y ya en gira mundial se edite algo nuevo. Ahí será cuando podremos poner en situación a este “Pressure Machine”, si su posición es la de un verso suelto en la trayectoria de The Killers o es un cambio de tendencia o un punto de inflexión en entregas posteriores; personalmente quedo muy intrigado con ello.