THEY CAPTURE THE HEAT (25 OCTUBRE) -AVISO SPOILERS-Un teléfono suena insistentemente -casi tanto como el de Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984)- justo antes de que los doctores Thackery (Clive Owen) y Edwards (André Holland) tengan que operar de urgencia bajo la amenaza de las pistolas del gángster Bunky Collier (Danny Hoch). Es la demostración gráfica de que el hospital, The Knick, está en un barrio peligroso. A continuación, una innovación como los rayos x -en la Fundación Telefónica en Madrid se puede ver ahora mismo el aparato portátil de rayos x Sánchez- destapa los problemas económicos que atraviesa el hospital, que se plantea mudarse a "donde el dinero se ha ido". Esto plantea la cuestión -moral- de si existe la responsabilidad de ocuparse de los más necesitados. Una idea descartada rápidamente por los administradores del hospital como un "desperdicio de recursos". De esta reunión, Herman Barrow (Jeremy Bobb) pasa a otra no demasiado diferente. Un policía le propone un negocio de prostitución. La amoralidad no es propiedad exclusiva de los ricos. Todo en The Knick es una transacción monetaria. Es el dinero lo que lleva al camillero Tom Cleary (Chris Sullivan) a hacer negocio con la hermana abortista Harriet (Cara Seymour). Una cena en un restaurante de lujo sirve para que un millonario done al hospital la máquina de rayos x. Y Edwards vende su reloj para comprar el hilo de plata necesario para coser la hernia de Ernesto Mendieta (Edwin Lugo). Pero el dinero probablemente no servirá para curar la meningitis de la hija del doctor Gallinger (Eric Johnson), aunque haya pagado la bicicleta de Lucy (Eve Hewson) -lo primero que compró al llegar a Manhattan- y que sirve a la enfermera para darle a Thackery un fugaz momento de felicidad. The Knick es mi serie favorita ahora mismo.CAPÍTULO ANTERIOR: WHERE´S THE DIGNITY