Elegimos nuestra estancia, con media pensión. El restaurante Castlelough fue el escenario para nuestra cena. Es un elegante comedor a dos alturas, todo acristalado y con vistas al lago, donde te ofrecen calidad y un excelente servicio, con un menú –a la carta- para elegir a tu discreción. Por cierto, el pan, de distintas clases, extraordinario. El desayuno, muy abundante y sin ninguna restricción.
La atención dispensada fue extraordinaria. Como detalle he de deciros que una encantadora compatriota, María del Mar Segura, continúa trabajando como asistenta de recepción en el hotel. Nunca es tarde (nuestra estancia allí se remonta a Julio de 2.008) para decirte: gracias, María del Mar.