The Leftovers podría ser la cara inversa de Perdidos (2004-2010). Como si nos contaran lo que ocurre con los familiares y amigos de los pasajeros del vuelo 815 de Oceanic, en lugar de las aventuras de los desaparecidos en la -todavía- enigmática isla. El resultado es una serie en la que el elemento aventurero y fantástico de Lost es reemplazado por situaciones dramáticas de gran intensidad. A pesar del cambio de tono, los recursos narrativos de The Leftovers son los mismos que ha ido cultivando Damon Lindelof en sus trabajos y que tienen mucho que ver con J.J Abrams y su "caja misteriosa": la idea de un enigma que como espectadores, inevitablemente, queremos descubrir. Muchos -los que no entendieron nada- siguen cabreados por el final sin respuestas de Perdidos y al ver The Leftovers tampoco sabemos qué ha pasado con los desaparecidos: un 2% de la población mundial se ha desvanecido ¿Qué ha sido de ellos?
En el episodio Guest, Nora (Carrie Coon) es una mujer que ha perdido a tres miembros de su familia. Una tragedia que la convierte en la empleada ideal en su trabajo: realizar encuestas a los familiares de los que se han ido para buscar elementos que se repitan entre las personas que faltan y así dibujar un patrón común a todas las desapariciones. El primer misterio del capítulo es precisamente una pregunta, la número 121, que Nora hace a sus encuestados ¿por qué le responden siempre que sí? El siguiente enigma ocurre cuando Nora se presenta en una convención en Nueva York en la que tiene que participar: alguien ha robado su acreditación y se está haciendo pasar por ella ¿de quién se trata? Además, un extraño hombre se pasea por la convención preguntando a todos "¿Quieres seguir sintiéndote así?". No os preocupéis, estas interrogantes se resuelven al final del capítulo. Pero hay una incógnita más que creo que resume muy bien la filosofía de Lindelof para contar historias. Un ligón (Billy Magnussen) intenta seducir a Nora preguntándole "¿Sabes a qué me dedico?" para luego decirle "No quieres saber a qué me dedico". Según este personaje, con esa frase siempre consigue la atención de las féminas, o lo que es lo mismo, los espectadores. El misterio engancha, como esa caja misteriosa que J.J Abrams ha decidido no abrir durante 35 años. Porque mientras esté cerrada, las posibilidades son infinitas. Por eso no queremos saber a dónde han ido los desaparecidos.
En The Leftovers hay un montón de pequeños enigmas como estos, una sucesión de interrogantes que mantienen nuestra atención. Pero esas "cajitas misteriosas" -algunas sí se abren- son solo un mecanismo narrativo para expresar un tema de fondo de mayor calado: la pérdida. Todos sabemos lo que se siente al ser abandonados. Es la peor sensación que existe y esta serie gira exclusivamente alrededor de ese sentimiento. Creo que esa voluntad -casi masoquista- es la que hace que The Leftovers sea verdaderamente diferente y original. Pero además, creo que esta serie atesora una gran calidad: todo está perfectamente hilado. Por ejemplo, cuando la mujer que ha robado la acreditación de Nora protagoniza un altercado en el bar del hotel, ocasiona que echen a esta creyéndola culpable. Ese estallido provocado por el dolor y propiciado por el alcohol que vive la impostora en el bar luego será repetido por la propia Nora: intuimos que ambas sufren la misma pérdida.
En cada capítulo de esta serie se consiguen momentos de gran intensidad dramática, un clímax en el que casi siempre aparece el emocionante tema musical compuesto por Max Richter. En Guest, Nora acepta la misteriosa propuesta de Wayne (Paterson Joseph) de que un abrazo suyo aliviará para siempre el dolor de su pérdida ¿es cierto eso? ¿cómo es posible? Solo podemos imaginar y desear que algo así fuera real. Por todo esto creo que Guest está entre los mejores episodios, no solo de The Leftovers, sino probablemente de cualquier serie que yo haya visto.