The man in the high castle | Adaptación literaria de la obra de Philip K. Dick
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The man in the high castle se trata de una obra inspirada en el libro del mismo nombre escrito por Philip K. Dick, novela que yo desde hacía demasiado tiempo tenía en el punto de mira y que por A o por B he terminado relegando en pos de ver esta adaptación literaria.
Alemania y Japón ganaron la Segunda Guerra Mundial. El poder destructivo de las bombas atómicas se encontraba en manos de los Nazis en esta realidad y no en la de América y esa diferencia marcó el devenir de un conflicto cuyos resultados han tenido consecuencias en el porvenir de los acontecimientos.
Ahora nos encontramos en los años sesenta y el mundo tiene colores distintos. Estas dos potencias dominan prácticamente en toda la superficie terrestre, aunque en lo que se centra principalmente la historia es en la Costa Este, controlada por los nazis y la Oeste, por los japoneses.
La serie cuenta ahora mismo con dos temporadas, de las cuales la primera se centra en una experiencia dirigida a conocer a los personajes y al mundo que se ha creado, mientras que la segunda ahonda en los dilemas personales de los protagonistas y a la dicotomía moral sobre la guerra, la paz y el uso de armas nucleares.
La historia arrancará cuando Joe Blake y Juliana Crain, cada uno desde una costa distinta de lo que antes era Estados Unidos, traten de llevar una de las susodichas películas, sin que ellos lo sepan, a un contacto en particular. Esto será la llama que prenda los acontecimientos y desde entonces no habrá cuartel.
Dos culturas enfrentadas, dos aliados muy diferentes
Uno de los primeros hechos que choca al espectador cuando ve la serie es el marcado contraste que existe entre la forma de vida nazi y japonesa, aliados por las circunstancias, pero que más allá de una antigua necesidad común no tienen más elementos parecidos, algo que se explotará a lo largo de la serie.
En la Costa Este se puede apreciar como la cultura americana se ha mezclado con la nazi, mientras que en la Oeste los japoneses tratan de imponer su forma de vida a todos los que se quedaron tras la guerra. Es un contraste muy interesante, ya que desde el primer momento se aprecia cómo la zona japonesa está sumida en un mayor caos, hay más conflictos y requiere de una mayor intervención de las fuerzas del orden, mientras que en Nueva York, centro de mando de los nazis, se vive en paz, tranquilo y no hay más problemas que algún altercado ocasional.
Uno de los elementos que más me gustó de la obra es la forma en la que se representó en Estados Unidos toda la iconografía nazi. Está muy bien lograda y tienes la sensación de que si tomas un avión a dichas tierras te encontrarás con sus símbolos por doquier. La simbología es una de las bases de todo populismo y en la historia lo transportan a la perfección.
Por su parte, en Japón todo se reduce más al intento de imposición de una disciplina por la fuerza, lo que propicia que se ahí donde la Resistencia tenga mayor poder.
Estos, la Resistencia, también jugarán un papel fundamental en la historia, pues es el grupo rebelde que buscará la recuperación de sus tierras de manos japonesas y nazis y en la cual se envolverán nuestros protagonistas desde el primer momento.
Mientras que en Japón todavía se tienen pesquisas del pasado, en la parte alemana cualquiera puede vivir de forma tranquila, excepto si es judío o forma parte del grupo rebelde citado, hechos que se castigan con la muerte.
Odiar a un grupo es fácil, a las personas no
Una de las cosas que me parece más interesantes del odio humano es la facilidad que tenemos de odiar a grupos en su conjunto, algo que se vuelve muy complicado conforme se va conociendo a las personas particulares que lo componen.
Esto es algo que ocurre en la serie, pues en un primer momento tienes un odio fijado ante los nazis, pero no puedes evitar que conformen avancen los episodios y conozcas más a los personajes empieces a empatizar más con ellos. No en su tarea, no su exterminio, sino con sus problemas del día a día.
No en vano, el grueso de la historia se centra en los dilemas morales de muchos de ellos. El exterminio judío que realizaron parece un tema tabú, pero muchos intentan sacarlo mientras se avergüenzan profundamente de lo que hicieron. La mayoría de ellos no quiere otro conflicto y solo busca ya vivir en paz. La bomba atómica es algo que pesa sobre sus espaldas, y las normas de perfección que ellos mismos han implantado se cuestionarán a lo largo que pasen los episodios.
Es muy interesante ver las dos caras de la moneda desde unos personajes que hubiera sido muy fácil construir como planos y malvados, pero Amazon ha hecho un trabajo enorme dotándoles de humanidad, algo que no suele verse. En los institutos se estudia a los nazis por encima, remarcando alguno de sus hechos y dejando claro que son los villanos de la humanidad, pero no se profundiza, no se explican por qué y, pese a que la serie tampoco los da, al menos da pie a que intentes verlos como seres humanos, y es que no hay otra forma de avergonzarse de ellos que sin aceptar que todos formamos parte de la única especie del planeta que trata de matarse entre sus miembros.
Americanada
No obstante, la historia no deja de estar hecha por americanos y eso se nota. Se trata de una americanada que intenta ir más allá, pero que en algunas escenas padece de su esencia.
Los americanos son los héroes que tratan de salvar el mundo contra los nazis. Son los que luchan contra la represión, son quienes encarnan la moral y si bien esto poco a poco también se distorsionará, el punto de vista del modo en el que está contado la historia ya deja claro cuál es la parte del mundo que importa.
Porque en caso contrario, ¿dónde están los soviéticos? No hay ni una sola mención a ellos en toda la serie y fueron fundamentales en el conflicto.
Cultura personal
Como cada vez que veo una serie histórica, lo más importante que me he llevado ha sido la curiosidad con la que al terminar cada capítulo tenía que buscar en internet cómo fueron en la realidad determinados elementos del régimen nazi, y la verdad es que he aprendido un montón.
Creo que he pasado más tiempo navegando por internet buscando información que viendo simplemente los capítulos. No sería una sola las veces en las que acabé uno, quise ponerme otro pero antes consultaba algo y de un lado iba a otro y, cuando ya miraba el reloj, me daba cuenta de que el tiempo que tenía para descansar se me había terminado.
Curiosidades
Para cerrar este post de la manera más curiosa posible, quería contaros lo que le pasó a Amazon cuando comenzó la campaña de marketing de su serie. Con todos los permisos oportunos, la compañía empapeló el metro de Nueva York con banderas de la vertiente nazi de Estados Unidos en la serie, pero hirió tantas sensibilidades que esa misma noche tuvo que retirarlas.
Hasta aquí este post. Espero que os haya llamado la atención la serie y que le deis una oportunidad cuando tengáis la ocasión. Personalmente, yo la recomiendo mucho. Es cierto que en determinados momentos se pierde de qué es realmente lo importante y se centra demasiado en algunas emociones que no importan tanto, pero en términos generales es una experiencia que merece mucho la pena vivir —al menos tras una pantalla—.
Carmelo Beltrán@CarBel1994