No sé si recordáis la entrada en la que presentaba el libro. Lo compré en el la fnac de Lisboa. Iba sin idea fija, pero cuando lo vi, no me lo pensé. Tenía intención de leer a Coetzee, pero era otro título el que había llamado mi atención. Aun así, leí su sinopsis y me lo llevé.
Nos trasladamos a tierras rusas, donde los helados inviernos invitan a la lectura. El protagonista principal es Pavel, un joven que se cree se ha suicidado. Hasta aquí, podemos decir que es un libro más de novela negra. Nos equivocamos. Es mucho más que eso.
Fiodor Dostoyevski aparece en escena. El muerto es su hijastro y el afamado escritor vuelve a San Petersburgo para descubrir el verdadero motivo de su muerte. En realidad, lo que busca es el perdón de ese hijo, que era un estorbo en su nueva relación con una mujer más joven.
El trasfondo psicológico de la obra es mayor que la relevancia de un momento en la vida del escritor ruso.
Coetzee hace un importante retrato de la relación paterno filial y nos muestra a un Dostoyevski tirano, inseguro, machista... La policía entrega a Dostoyevski los diarios de Pavel, en los que se corrobora el odio que el joven sentía hacia éste. Aunque para el escritor ruso supone una especie de alivio, se encarga de terminar de humillar a su hijo inventando un nuevo Pavel, haciendo creer a todos que no era tan buena persona como creían.
Por otro lado, si buceamos en la novela, encontraremos un punto reflexivo sobre la revolución rusa en el personaje de Nechaev.
En definitiva, El maestro de Petersburgo, ha supuesto un buen estreno con el autor; al que seguro voy a seguir leyendo.
¿Qué pasará al final con la muerte de Pavel? ¿ Será un suicidio?
Este libro entra a formar parte del reto Libros olvidados. Se escribió en 1994.