La llegada a las salas de Maze Runner – Correr o morir generó, de movida y por la información con la que se contaba, una especie de murmullo generalizado entre todos aquellos que no suelen comulgar con este tipo de adaptaciones convertidas en sagas cinematográficas juveniles. Más allá de las similitudes que se puedan encontrar entre esta proyección y otras obras también ubicadas en un futuro distópico en el que los adolescentes son los encargados de tomar el mando, vale destacar que la citada aquí, dirigida por Wes Ball, sale airosa y gana puntos extra por su notable realización y por unos cuantos buenos momentos de nervio.Dylan O’Brien encarna a Thomas, quien despierta ante el recibimiento de un grupo de muchachos. No recuerda cómo llegó hasta allí ni quién es. De a poco se va asociando al conjunto de chicos que habitan en ese extraño lugar caracterizado por poseer un inmenso laberinto cuya salida no han sabido hallar ni descifrar hasta ese entonces.
LO MEJOR:el arranque, la manera en que está narrada la historia. Los momentos de acción.LO PEOR:menos minutos le hubiesen quedado mejor. Resoluciones algo discutibles.
PUNTAJE:6,5