El final de El Cazador había dejado a Parker en la cuerda floja. Tras vengarse de los socios que lo habían traicionado y haber recuperado el botín que le habían escamoteado, la Mafia ha puesto precio a su cabeza. Con una nueva cara tras la que ocultar su personalidad, fruto de una operación de cirugía estética, Parker tiene que embarcarse en un nuevo trabajito que lo supla de fondos. Una vez más uno de sus cómplices en el último atraco lo delata y Parker saldrá de la situación del único modo que sabe. La Organización sigue tras sus talones y Parker vuelve a enfrentarse con los mismos capos gangsteriles que en el tomo anterior. El Parker de The Outfit es un fulano más brutal, más áspero aún si cabe. Pero también es un tipo inteligente y con las agallas necesarias para montar un plan que tuerza el brazo a todo un ejército de criminales.
La historia que cuenta The Outfit no es muy diferente a la de El Cazador, pero el arte de Darwyn Cooke la hace excelsa. Cooke es conocido por su trabajo en DC: The New Frontier, y por sus múltiples premios Eisner, Harvey y Shuster. No descubro nada si digo que es un artista brillante, un dibujante personalísimo con un gran sentido de la narratividad. En este segundo episodio de la serie dedicada a Parker, continúa con la misma línea estilística que inició en El Cazador. Esto supone páginas que se edifican sobre la abundancia de textos de apoyo, alternadas con otras páginas mudas de profundo calado cinematográfico. Por fortuna Cooke ha solventado en esta ocasión las rémoras que lastraban El Cazador. The Outfit comienza de igual manera que el anterior episodio, con varias planchas que se asemejan a un storyboard, pero ahora Cooke se ha sacudido el envaramiento y ha conseguido dotarlas de agilidad. De hecho, movimiento parece ser la palabra que rige la adaptación de The Outfit.
El resultado del trabajo de Cooke es impactante, una lectura densa con un notorio sabor retro en el que las influencias de la ilustración publicitaria y la animación que van desde finales de los años cuarenta hasta inicios de los sesenta es evidente. El entintado en bitono es tremendo y el uso de las sombras y las manchas en negro no puede ser menos que magistral. Cooke experimenta con diferentes técnicas y sale airoso en todos los casos. Aún así, en su empeño en adaptar fielmente la novela de Stark punto por punto, el dibujante ha decidido no librarse de vez en cuando de algún elemento innecesario, lo que le impide que acuda a las necesarias elipsis. Hay mucho más que contar y en la última página se anuncia una continuación que verá la luz en 2012. Darwyn Cooke parece haber encontrado en Parker la obra de su vida. IDW lo publica en Estados Unidos y Astiberri se encargó de la edición española del primer tomo. Esperemos que The Outfit llegue a nuestras librerías antes de fin de año. Definitivamente, a must.
Fran G. Lara
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