Lo que me sigue fascinando de este tema a día de hoy, es que con esa melodía preciosa que empieza lenta, con esos versos iniciales cadenciosos, tiene la gran virtud de subir en el increscendo y triunfar en el estribillo como pocos temas, para luego volver a bajar y terminar de manera gloriosa perdiéndose...
Os dejo con el mítico vídeo que transmite esa sensación etérea, con esas imágenes de la banda tocando a la luz de las velas en un cuarto oscuro y danzando... inolvidable.