Sinopsis: (traducción personal)
Una princesa disfrazada se ve obligada a vivir con un pícaro para protegerse del peligro en este divertido y sexy romance de la regencia.
El agente de Bow Street, Sebastien Wolff, conde de Mowbray, no cree en el amor... hasta que un apasionado beso con una bella desconocida en un burdel le obliga a reconsiderarlo. Sin embargo, cuando la misteriosa mujer se ve envuelta en una intriga que involucra a una princesa rusa desaparecida, Seb se da cuenta de que su aire de inocencia era demasiado bueno para ser verdad.
La princesa Anastasia Denisova se ha estado escondiendo en Londres como la simple "Anna Brown". Con un peligroso traidor pisándole los talones, su mejor opción es aceptar la oferta de protección y alojamiento de Wolff en su garito. Pero vivir en un espacio tan reducido y ayudar a Wolff en sus casos de Bow Street aviva las llamas de su mutua atracción. Si se revela la verdadera identidad de Anya, ¿tendrá alguna posibilidad su romance? ¿Podría una princesa casarse alguna vez con un pícaro?
Opinión personal:
Calificación:Primer contacto con Kate Bateman. No he leído los anteriores, creo que este es el tercero, y tampoco creo que sea necesario. Sí aparecen los protagonistas de las entregas anteriores, pero su papel es de meros secundarios, por lo que no interfieren en la trama de esta entrega.
Es un argumento que he leído bastante, ya casi un clásico: mujer que necesita protección porque está huyendo de un malvado que quiere casarse con ella. Aquí el toque algo novedoso es que «ella» es una princesa rusa que valientemente ha atravesado Europa para esconderse en un sencillo barrio londinense. Varias cosas se pueden afirmar sobre ella: es valiente, decidida, resolutiva y tiene una capacidad de adaptación a su nueva situación que es difícil de creer. —y más sabiendo que en la realidad muchos fueron los nobles rusos que tuvieron que exiliarse y no vivieron en condiciones de tanta penuria.
—El viaje de Anna hasta su destino final, las situaciones de su marcha, lo bien y rápido que se adapta a su nueva vida y lo natural que le parece relacionarse con ciertas clases sociales me han parecido un tema muy forzado. Mucho. —
Pero, estamos ante una novela de
ficción y debo destacar que, dejando de lado eso y dando un salto de fe al
punto de partida de la novela, Anna me ha gustado mucho. Tiene una
determinación que arrasa con todo lo que se le ponga en frente y es capaz,
incluso, de llevarse bien con la tía del protagonista —una duquesa de avanzada
edad famosa por su mal carácter… y que termina siendo una verdadera alcahueta—.
Sebastian — no me ha quedado muy claro qué hace un conde siendo propietario de una sala de juegos y, además, trabajando para el gobierno— es una marioneta en sus manos. … pero supone otro salto de fe. No nos puede engañar esos años en la milicia, ni su trabajo actual para el gobierno británico, ni su valentía ni su firme sentido del deber. Termina haciendo en todo momento lo que esa bellísima joven de aspecto sencillo, pero porte aristocrático, decide por él.
Es una relación de fuerte atracción. Él lo tiene claro desde el principio, escena muy simpática se topa con una mujer despampanante, una que, sorprendentemente, le dice que no. Eso hace saltar sus alarmas y le daña el orgullo. No obstante, su honor gana en casi todas las situaciones.
Sebastian es un picaruelo encantador, que se ve totalmente desbordado —nada nuevo en el panorama romántico— por una mujer que no cae rendida a sus pies. Hombre guapo donde los haya, porte y carisma, son pocas las damiselas que no se sientan atraídas por él —aunque es más la fama de mujeriego, que la realidad. No obstante, los retos atraen y, pese a que, por unas circunstancias al principio y por otras distintas al final…, el honor le hace intentar mantenerse alejado de la fruta prohibida esa lucha interna tiene todos los números para perderla.
La trama se sitúa justo después las guerras napoleónicas, un entorno perfecto para esta novela de aventuras en busca y captura del hombre que persigue a la princesa. Muchas son los contratiempos que sufrirán y estamos ante un claro ejemplo de cómo una trama sencilla puede resultar de lo más entretenida con el saber hacer de una autora.
No es que estemos ante una gran comedia, pero sí que las escenas de pasión contenida entre ambos son un aliciente, siguiendo la moda actual de romance histórico y, además, pequeñas puntadas a ciertas costumbres rusas en escenas muy concretas aportan un toque de humor estupendo.
No puedo decir que haya sido un novelón, pero me ha sorprendido muy gratamente el estilo de la autora, sigue la moda de las publicaciones actuales, pero sin entrar en grandes exageraciones ni escenas que nos hagan llegar las manos a la cabeza por ser demasiado actuales. Creo que combina bastante bien lo que puede resultar «creíble y coherente» —dejando de lado la credibilidad del personaje de Anna que ya he comentado— con la línea de publicación que están siguiendo las editoriales.
En general, me lo he pasado muy bien leyendo esta historia y ha resultado de lo más agradable su lectura. El final del libro deja un misterio en el aire que sería estupendo desarrollar, tengo que investigar en la web de la autora si existe esa historia o si la publicará en algún momento. Un momento álgido que ha sido una estupenda sorpresa. Estamos ante una novela de aventuras, pequeños misterios con cierto toque de humor y una pasión contenida desde el minuto cero. No puedo dejar de comentar lo mucho que me he divertido, no solo con la altivez de Anna en ciertas escenas sino, también, con las breves apariciones de la tía de Sebastian. Secundarios así, son una delicia.
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa