Eastwood y Costner firmaron en la década de los 90 el epitafio del género western después de muchos años sin algún buen western con “Bailando con lobos” (1990) y “Sin perdón” (1992), mucho tiempo después de que San Peckinpah diera su visión crepuscular del género y que naciese el spaguetti-western rodado en Almería, el western en el cine no ha tenido ninguna película relevante, salvando contundas ocasiones. En esta última década el género ha dejado de interesar a las grandes distribuidoras y probablemente también al gran público, por eso para ver algún western hay que irse a la pequeña pantalla, que nos ha dejado grandes obras para el recuerdo como: “Deadwood”, “Hatfields & McCoys” con el gran Kevin Costner como protagonista y un serie con poca repercusión en España, que recomiendo fervientemente llamada “Hell on wheels” (debo ser su único espectador en España).
Por eso voy a recomendar está película rodada el año pasado y con poca repercusión en el mundo, que merecería ser reestrenada en pantalla grande. Llama la atención que el último gran western que he visto, sea una producción danesa, con director danés, con actores daneses, ingleses, franceses y solamente un americano. Y por último con la particularidad de que ha sido rodada en Sudáfrica. Por supuesto no es ninguna obra maestra, pero tampoco lo pretende, lo único que quiere es rendir un homenaje a un género ya muerto, y ser recordado como el mejor western de los últimos años.
Con un diseño de producción y una fotografía excelentes, la película destila aroma de buen western.
Con un gran estilo visual, y un director que siente pasión por el género y que se nota que ama el western, Kristian Levring un director que viene del estilo dogma, firma un western muy violento con una ambientación prodigiosa.
Con numerosos homenajes y tributos a nuestros westerns clásicos favoritos, cuenta con unos primeros quince minutos de la película extraordinarios, con una diligencia avanzando a través de la oscuridad, un hombre que viaja con su mujer y un hijo tiene que ver como dos bandidos intentar violar a su mujer sin que él pueda hacer nada. Una escena muy dura que acaba de la manera más trágica. Preciosa la fotografia de la diligencia en la oscuridad.
El argumento es la historia de una venganza, al matar al hombre que asesinó a toda su familia, John (Mads Mikkelsen), despierta la furia del cabecilla Delarue (Jeffrey Dean Morgan). El apacible pionero ya no cuenta con el apoyo de los habitantes cobardes y corruptos del pueblo, y tendrá que buscar al criminal por su cuenta.
“Ser soldado me ha enseñado una lección, nunca empieces una pelea que sabes que vas a perder”
Existe un gran tributo al fantástico western “Infierno de cobardes” de Clint Eastwood, donde un pueblo cobarde, decide sacrificar incluso a sus propios habitantes para que el cabecilla les deje en paz, y no dudaran en entregar al pobre protagonista a una muerte segura, con tal de que puedan seguir viviendo tranquilos, un pueblo que es un verdadero "infierno de cobardes". Todos ellos liderados por un sheriff cobarde, corrupto y sin ninguna moral ni ética profesional.
Pero no es solamente la venganza el único leitmotiv de la historia, a los jugosos personajes de esta historia les mueve la codicia, el dinero y el poder, por eso el cabecilla Delarue no trabaja solo, y es usado para realizar extorsión y chantaje a los pobres ganaderos de la región, la corrupción impera, y la ley del más fuerte prevalece.
Una bonita imagen para el recuerdo, la imagen aérea del pueblo donde vive el villano Jeffrey Dean Morgan con casas totalmente destruidas e incendiadas, excepto la casa donde duerme él.
Todos los actores están fantásticos el protagonista Mads Mikkelsen, un actor muy conocido internacionalmente por ser el protagonista de la extraordinaria “La caza” (2012) y la serie Hannibal, y los excelentes secundarios: Jeffrey Dean Morgan y Jonathan Pryce, como curiosidad decir que uno de los esbirros del villano (un fantástico Jeffrey Dean Morgan) es Eric Cantona, el que fuera extraordinario delantero de futbol del Manchester United y de la selección francesa.
Y dejo para el final uno de los ingredientes más sabrosos del film, el papel secundario de una de las mejores actrices del momento, Eva Green, un papel breve pero muy intenso, una actriz que incendia la pantalla cada vez que sale, la cámara le quiere, a pesar de que interpreta el papel de una muda, y no dice ni una palabra durante toda la película. Siento devoción y admiración por esta joven actriz británica, que consiguió eclipsar al mismísimo James Bond, y que yo tendría presente para cualquier papel de mujer fatal. Nadie se la debería perder en la fantástica serie "Penny Dreadful".
Un western con un fantástico tiroteo final, con muchas escenas para el recuerdo y muchos homenajes a nuestros westerns favoritos.
La ambientación, la música y la fotografía, te llevaran a otra época cuando los westerns eran los reyes de la cartelera.
Una joya que después de tantos años sin ver un western en el cine, nadie que ame este género se debería perder, y como curiosidad el mejor western de los últimos tiempos sea una producción danesa, y no norteamericana.