Tener como cabeza de cartel a Mads Mikkelsen, y su enorme carisma en pantalla, es ya un excelente motivo para ver una película, pero si además hay violencia sin tapujos, el guión está bien trabajado y el resto de conocidos actores se toman con seriedad su trabajo, ya no queda ninguna excusa para dejarla pasar. En realidad no aporta nada que no hayamos visto ya en muchos westerns clásicos de antaño, en los que la venganza es la motivación de todos los personajes, pero está rodada con tanto estilo y esmero que vale la pena aceptar el duelo de pistoleros al que te reta.Mi puntuación: 6/10