“The secret life of toys” de Jim Henson y el supuesto plagio de Toy Story

Publicado el 19 octubre 2012 por Queplanetageneroso

En algún momento perdido de la infancia, recordaba con claridad haber visto un programa con marionetas sobre unos juguetes que cobraban vida cuando los chicos no estaban en la habitación. Y no, no se trataba de Toy Story, aunque en el último tramo de los ’90 -cuando tuvo su efímera transmisión en el Nockelodeon de latinoamérica- creí que se trataba de una copia de buena calidad de la película de Pixar de 1995.

En realidad, “The Secret life of toys”, la serie de TV que por años permaneció guardada sin nombre en mi memoria, fue emitida un año antes del estreno de Toy Story y, lo que es más llamativo, estaba basado en un especial de navidad para TV de 1986, cuya historia guardaba una gran cantidad de similitudes con la película del vaquero Woody.

Ante todo, aclarar que no me gusta esto de acusar de plagio a diestra y siniestra, y que, por otro lado, soy ferviente fanática de Toy Story y todas las películas de Pixar. Pero así como The Lion King era una brillante aunque obvia combinación entre Hamlet y Kimba el león blanco, los parecidos entre unos juguetes y otros son innegables.

Enfoquémonos entonces en esta otra serie, que por algún injusto motivo no pasó a ser tan recordada como otras tantas series de TV con marionetas. El especial que mencionábamos en el que se basó esta serie regular se llamó “The Christmas toy” y se transmitió por el canal ABC gracias a la maestría de The Jim Henson Company, cuyo nombre deriva del maestro creador de The Muppets.

Como ocurría muchas veces con los especiales de navidad, había publicidades encubiertas. En este caso el especial contó con el sponsor de la multinacional de alimetos Kraft, que en este caso no tenía interés en reprimir protestas en las rutas, sino ponerle el sello a este risueño especial infantil.

La historia plantea un universo que ya los creadores de Toy Story nos hicieron conocer de manera “prestada”: cuando la dueña de los muñecos no está en la habitación, los juguetes cobran vida. Lo que suma “The Christmas Toy” y que tranquilamente podría ser una parte no dicha en el verosímil de Toy Story, es que si un humano los ve moverse, los juguetes quedan congelados para siempre. Situado en la Navidad del ’86, conocemos la historia del tigre Rugby, que recuerda que en las fiestas pasadas había sido el juguete favorito de Jaimie, la dueña de todos, y busca el modo de volver a ser el consentido, atemorizado porque otro juguete lo reemplace. Conocido, ¿no? Recordemos que esta historia es nueve años anterior.

Como si fuera poco, el nuevo juguete de esa navidad resulta ser Meteora, la reina de los Asteroides, una suerte de Barbie desquiciada que… no sabe que es un juguete y cree ser una suerte de embajadora estelar.

A las pruebas me remito:

Sí, a mí también se me está arruinando una partecita importante de la infancia.

Lo llamativo es que las sospechas de plagio (además de acompañar y, la mayoría de las veces, injustamente, a las grandes producciones) en este caso cobra un matiz más increíble al tratarse de un especial de navidad quizás poco difundido pero perteneciente a una empresa grande y famosísima como es la de Jim Henson. Otro punto a tener en cuenta es que para la década del 90, la compañía Henson y Disney estaban bastante vinculadas. Se dice que poco antes de morir Jim Henson, existían conversaciones para vender la empresa creadora de los Muppets a Disney y aunque esto nunca se concretó, sí existieron proyectos compartidos, como un especial de TV y una atracción de los Muppets para el parque Disney World en 1990 y la fabulosa sit com “Dinosaurios”.

Entonces aparece la gran duda ¿efectivamente Pixar le robó la idea a Henson? Es difícil de creer que, ante una copia tan evidente, la empresa Henson no haya iniciado una demanda (si alguien tiene el dato de que sí ocurrió, será más que bienvenido!), pero a la vez podría ocurrir que las cosas hayan quedado en buenos términos, a pesar del afano, porque eran empresas vinculadas y es claro quién tenía todas las de ganar.

Otra posibilidad es que haya existido un acuerdo externo por el cual Disney-Pixar haya pagado por el uso de la idea o bien le haya propuesto a la empresa Henson algo en retribución a la idea prestada. Vale decir que cuando se estrena Toy Story, en 1995, existía un llamativo revival de aquel especial de navidad de casi una década atrás: en 1994 se estrenó la serie “The Secret life of toys”, 13 capítulos de media hora con los mismos personajes del especial “The Christmas Toy”. De hecho, esta serie fue transmitida en su momento por el Disney Channel de Estados Unidos, lo que habilita a pensar que se deben poner más fichas al acuerdo por fuera de lo oficial, que al plagio en sí mismo.

Básicamente, que el argumento de Toy Story está basado en “The Cristmas Toy” es innegable, claro y evidente. Pero considerar que una empresa como Disney podría plagiarle (remarcando el aspecto ilegal del tema) a otra también de renombre con la que por esos años estaba asociada en proyectos conjuntos, resulta un poco inconsistente. De hecho, que la serie basada en el especial se haya estrenado poco antes de Toy Story y por la cadena de Disney inclina la balanza un poco más en favor de un intercambio de favores entre firmas que hacía rato trabajaban a la par. Pero claro, como antes del título de Toy Story no aparece una aclaración al estilo “Jim Henson’s”, las dudas quedan permitidas.