The Shout: Rompecabezas místico.

Publicado el 21 abril 2010 por Fantomas
“The Shout” (1978), es un thriller sobrenatural/psicológico del director Jerzy Skolimowski, el cual está protagonizado por Alan Bates, John Hurt y Susannah York.
El sol brilla en un verde campo donde se celebra un partido de cricket. Se trata de la competición anual entre los habitantes de un pequeño pueblo inglés y el personal del hospital mental de la zona. En la tienda donde se ha montado el panel con el marcador se encuentran dos individuos: Crossley (Alan Bates) un paciente del recinto, y Robert Graves (Tim Curry) un invitado del doctor a cargo del hospital. Crossley relata una espeluznante historia sobre cómo sus poderes sobrenaturales le permiten llegar a asesinar utilizando un grito aprendido de los aborígenes australianos. A pesar que Graves se toma la historia como la mera fantasía de un enfermo mental, en el transcurso del partido ocurre algo que le hace cuestionarse su propia salud mental.

Aunque es menos conocido que algunos de sus compatriotas, el director polaco Jerzy Skolimowski ha realizado una serie de films únicos pero poco vistos, tanto en su nativa Polonia como en el extranjero. Cuando ingresó a la industria cinematográfica, Skolimowski trabajaría un tiempo como guionista junto a directores como Andrzej Wajda y Roman Polanski, donde con este último además de coescribir el guión de la cinta “Knife in the Water” (1962), comparte una cierta sensibilidad macabra. La película, cuyo guión fue escrito por Michael Austin y el mismo Skolimowski, está basada en la historia corta del mismo nombre del escritor Robert Graves, autor de la novela “Yo, Claudio”. La cinta financiada por la compañía inglesa Rank Organisation, sería filmada en su totalidad en Inglaterra y utilizaría un elenco de actores en su gran mayoría consagrados a nivel local. “The Shout” es una producción que bien puede ser comparable con algunas de las cintas que Nicolas Roeg filmó durante los setenta, particularmente “Don´t Look Now” (1973), debido a que ambos films son inteligentes, ambiguos, y tienden a enfatizar el escenario donde transcurre la historia, que en este caso es una tranquilla villa ubicada al norte de Devon.
Como se menciona en la sinopsis, la cinta comienza en medio de los preparativos para un partido de cricket entre algunos habitantes de un pequeño pueblo inglés y el personal del hospital psiquiátrico de la zona. Al lugar asiste Robert Graves, a quien uno de los pacientes del lugar le relatará una espeluznante historia mientras transcurre el partido. Dicha historia se ambienta en una pequeña localidad rural donde vive Anthony Fielding (John Hurt), un músico con una fascinación por la música experimental, y su esposa Rachel (Susannah York). Su tranquilo hogar se verá amenazado por la visita de un desconocido llamado Crossley, quien llega a la casa de Anthony un domingo por la mañana actuando de manera bastante extraña. Pese al errático comportamiento de Crossley y a su relato de cómo asesinó a sus hijos mientras vivía en Australia al interior de una comunidad aborigen, Anthony no logra que este abandone su hogar. De esta forma comienza a gestarse un extraño triángulo amoroso entre el matrimonio y Crossley, el cual parece estar dominado por un elemento sobrenatural.

Durante su estadía en la casa de Anthony, Crossley comienza a controlar a Rachel (supuestamente gracias al uso de magia aborigen) y a humillar constantemente a Anthony, quien se ve impotente ante el accionar de su invitado involuntario. El extraño hombre además le cuenta a su anfitrión que los aborígenes le enseñaron un grito lo suficientemente poderoso como para acabar con la vida de todos sus enemigos. Si bien Anthony no cree en los dichos de Crossley, este último está dispuesto a demostrarle su poder dando inicio a una serie de acontecimientos marcados por la locura y la muerte. Si la historia que Crossley le está relatando a Robert Graves es tan solo un reflejo de su locura o es en realidad un relato verídico acerca de un hombre con poderes místicos, es un enigma que sólo será revelado en los últimos minutos del film. Sin embargo, al espectador no le resultará fácil descifrar algunos pasajes de la historia. El mismo Crossley se encarga de explicarle a Graves que suele cambiar el orden y algunos acontecimientos del relato con el fin de “mantenerlo vivo”. Por este motivo, la cinta está abierta a múltiples interpretaciones.
La película está filmada de manera de que el espectador se sienta a ratos desorientado y le cueste distinguir la realidad de la fantasía. Para realzar la atmósfera casi surrealista que presenta el film, Skolimowski utiliza una serie de extrañas y poderosas imágenes, como por ejemplo algunas en las cuales Crossley parece salir de la nada como si se tratara de una oscura presencia, las cuales acercan a la cinta al género del horror. Pese a que la mayoría de la cinta transcurre de día, hay escenas verdaderamente escalofriantes tanto al interior de la casa como en las praderas y las dunas que rodean el lugar. Sin duda una de las escenas que termina quedando grabada en la memoria del espectador es aquella en la que Crossley le muestra a Anthony el supuesto grito aborigen. La secuencia filmada en cámara lenta es realmente inquietante, y marcará la pauta para una serie de sucesos supuestamente sobrenaturales que van afectando la vida de los involucrados en el relato. Por otro lado, cabe mencionar que esta cinta suele ser reconocida por el retrato fiel que realiza de algunas costumbres y escenarios propiamente ingleses, lo cual no deja de llamar la atención considerando que el director es polaco.

Uno de los puntos fuertes del film son sin duda las actuaciones del elenco protagónico. Alan Bates interpreta de manera perfecta al misterioso y amenazante Crossley, dominando cada una de las escenas en las cuales participa. John Hurt también realiza un estupendo trabajo interpretando a Anthony Fielding, un hombre cuyo matrimonio comienza a ser consumido por un extraño que lentamente comienza a arrastrarlo hacia la locura. Lo mismo sucede con Susannah York, quien interpreta de forma creíble a una mujer parece estar completamente dominada por el influjo de Crossley, y con un joven Tim Curry que oficia como el interlocutor eventual de un aparentemente desquiciado paciente psiquiátrico. Por otro lado, el trabajo de fotografía de Mike Molloy es realmente espectacular. Él junto a Tony Banks y Mike Rutherford (dos miembros del grupo Genesis), quienes compusieron la banda sonora avant-garde del film, son los grandes responsables de la atmósfera inquietante y onírica que domina todo el relato.
“The Shout” ganaría el premio del jurado en el Festival de Cannes, y sería aclamada por la crítica a nivel internacional. Sin embargo, su naturaleza surrealista y lo complejo que resulta a ratos el relato no ayudó demasiado a que el film fuera ampliamente conocido. Solo con el transcurso de los años y gracias a una serie de festivales, la cinta ha alcanzado el sitial que se merece. El film por momentos exuda una atmósfera siniestra digna de una obra de Harold Pinter, y su gran mérito es transformar un lugar en apariencia apacible en un sitio escalofriante donde lo cotidiano se vuelve amenazante y adquiere características sobrenaturales. Aunque cabe la posibilidad de que el espectador sienta que quedan muchos cabos sueltos una vez terminado el film (debido a que la historia está sometida a la libre interpretación del espectador), “The Shout” es una verdadera joya del horror británico post-Hammer ya sea por las estupendas actuaciones, la inquietante y atmosférica historia, o por una serie características que la acercan bastante al cine de directores como David Lynch.

*Advertencia: El trailer contiene una serie de spoilers que pueden perjudicar el futuro visionado del film.


por Fantomas.