Cuando uno hace una lista de lo mejor del año, por lo menos en mi caso, es de lo que ha oído hasta ese momento, si pudiera escuchar todo lo que sale sería muy bonito, y desde luego que dichas listas variarían. En el caso de los discos nacionales, hay uno que no me dio tiempo material en su momento a escuchar, y que desde que viera a la banda en vivo en este 2015 (crónica realizada aquí) y me hiciese con una copia de él, de sabios es rectificar y admitir que lo habría colocado sin ningún lugar a la duda, entre los primeros de mi lista. Hablo del nuevo trabajo de los gallegos The Soul Jacket, de los que ya hablé aquí de su primer trabajo Wood Mama de 2012, en el que dejaban claro que no eran una banda de paso, y que su proyecto e ideas tenían una base muy sólida. Su gran arranque lo confirmaban en aquel EP titulado Gunpowder Valley, pero es definitivamente en Black Cotton Limited donde los vigueses rompen la baraja. Con un sonido muy compacto, con el rock sureño como base, con mucha carga de soul rock (que marca mucho la voz de su cantante), pero ampliando la paleta a más estilos, incluso metiéndose en terrenos de rock latino con onda psicodélica (onda Santana de los inicios) realizan un trabajo de calado que se agiganta de manera descomunal con cada escucha.El trabajo, por si fuera poco, cuenta con Hendrik Röver a la producción, y fue grabado en los GuitarTown Recording Studios del líder de Los Deltonos. Trabajo artesanal de altos vuelos.Toño López es el cantante, que es una especie de mezcla entre Joe Cocker y Chris Robinson, ahí es nada. Las guitarras las llevan Jorge Mizer y Guillermo Gagliardi, el Órgano Hammond corre a cargo de Xabier Vieitez, el bajo es de Jann Zerega y la batería la despacha Mauro Comesaña. También se han grabado vientos en el disco a cargo de Mike Trompy a la trompeta y Toñito Torroso al trombón.
La primera carga de profundidad es People, que deja claras esas señas de identidad, y es que la voz de Toño es puro soul, además del despliegue instrumental de la banda que es una locura, que aportan con la potente sección rítmica un toque funky bestial. Moonshine whisky rye es bastante más rock sureño, poderío rock blues donde se emparentan con bandas estilo Black Crowes, pero con los Grateful Dead de fondo. The fisherman & the silver key de aire folk inicial en plan balada, para luego desarrollar la parte movida que tira claramente a las aventuras en solitario de Chris Robinson. Where's my money? con su letra de protesta hacia los bancos que dejan a las gentes sin casas, es un tema espectacular con su mezcla de soul, funky y rock y un sólo de guitarra de quitar el hipo y ese estribillo la mar de cantable y adictivo. Sleeping bag boogie es un rock and roll de tomo y lomo, con la base de John Fogerty y los suyos metidos hasta el tuétano. Brothers I, II y III juega a ser una miniópera de rock sureño y en muchos momentos los consigue, y desde luego demuestran la madurez de la banda, siendo la segunda parte la más rockera y salvaje y la tercera la más country.Black Cotton con el inicio de la guitarra es una barbaridad, un disfrute absoluto de tema donde la música corre y fluye a ritmo de gran blues rock. Pictures on the Wall es un baladón blues donde Toño desata su poderío vocal al mejor estilo soul de Joe Cocker. Flamingos sigue ahondando en el soul con una calidad extrema y esas percusiones gloriosas. The bóxer es un abuso, rollo funky soul de cagarse por la pata abajo, estirando la paleta más todavía, con ese aire a Bobby Womack. Do it right te deja con la baba colgando, soul como una catedral. Smokin' house es de corbata de seda, desatando una mezcla con aire a humo de garito de las 6 de la mañana (¿chill out-soul?) incluso after hour. Natalie cierra la joya, una balada de country-soul maravillosa.